Quien no ha leído alguna Tradición Peruana, esas historias que nos contaban nuestros abuelos y que llegaron a ser parte esencial de nuestra niñez. Las cuales muchos de nosotros hemos leído con avidez.
Escritas por Don Ricardo Palma, conocido como el bibliotecario mendigo o el abuelito simpático que todos hubiésemos querido tener. El Perú le esta eternamente agradecido.
Don Ricardo estudio en la universidad, pero interrumpió sus estudios para enrolarse en la Marina y conocer el mundo (y luchar por su patria). Mientras se encontraba en el mar su barco choco con un arrecife en el cual murieron 12 personas y él se salvó casi, casi raspando, eludió con una gambeta a la muerte.
Los años pasaron y en medio de una deportación, la muerte de familiares y amigos, la Guerra del Pacífico, el incendio de su casa y manuscritos, y otros avatares más, la vida siguió.
En algún punto el abuelito se enclaustro en la Biblioteca Nacional y entre papeles, paso 56 años recopilando lo que serian las Tradiciones. Toda una vida dedicada a darle a Lima unos relatos que marcaron su identidad como ciudad. Sin las tradiciones una parte de nosotros estaría incompleta, la historia de Lima seria distinta. El valor de estos relatos es incalculable.
Han pasado los años y nunca nadie ha podido superar en calidad a los relatos del escritor, quien no solo se dedicó a recopilar y transcribir lo que encontró, sino que le añadió su estilo propio y su espíritu festivo, ligero y socarrón.
Quiero pensar en Don Ricardo caminando en 1919 por las calles miraflorinas, gorro y bastón en mano, de la mano de sus nietos, sentándose en una banca del parque, leyéndoles alguna tradición y pensando “gracias Dios por salvarme de las aguas y dejarme cumplir mi misión”
Gracias, Don Ricardo.
(Ribeyro da sus razones para leer a Don Ricardo. En el enlace)
https://copypasteilustrado.wordpress.com/2012/04/17/julio-ramon-ribeyro-cuento-texto-ricardo-palma-literatura-tradiciones-revista-peruana/
1 comentario:
Todos tenemos tradiciones, algunas asentadas en pura inventiva y otras de mucha sabiduría, el libro de Proverbios tiene ese mismo contexto, que no olvidemos quienes somos y de dónde venimos, pero marcan una dirección, a dónde iremos? La repuesta está a un palmo de fe de distancia.
Publicar un comentario