martes, 22 de marzo de 2016

EL MÁS GRANDE AMOR DE TODOS



Juan 3.16
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Cuenta la historia de un joven que estaba siendo buscado por la policía por un delito que había cometido y debía de ser condenado a muerte. El joven se había arrepentido de lo que había hecho y fue a entregarse a las autoridades, pero cuando llegó a la dependencia policial le dijeron que ya no había cargos en su contra, porque alguien había ocupado su lugar. Cuando preguntó quién había sido, le dieron las palabras más duras que podía haber escuchado… Su madre había ocupado su lugar.
¿Serias capaz de dar la vida por alguien? Tal vez lo harías por un familiar, quizá por un amigo, pero creo que definitivamente no lo harías por un extraño; eso sería casi una locura, ¿no lo crees? Pero sabes la Biblia dice que nosotros teníamos una deuda que no podíamos pagar y que éramos merecedores nos caiga todo el peso de la ley, pero Jesús el único Hijo de Dios, se puso al frente y ofreció tomar nuestro lugar con todas las implicancias que eso conllevaría, y se podría decir que no nos conocía, pero en realidad sí que nos conocía y mejor que nosotros mismos.
Una canción antigua dice lo siguiente: “Dejaste el trono para mostrarnos la luz, de tu trono a la cruz y mi deuda pagar, de la cruz a morir, de la muerte a tu trono”. Creo que resume bien lo que Jesús hizo por nosotros, pero hay algo que muy pocos mencionan y es que más allá de todo el dolor físico que Jesús sufrió por nosotros, hubo un dolor indescriptible al llevar los pecados del mundo sobre sus hombros: fue separado de su Padre. Eso se ve reflejado en sus palabras: “Padre, Padre, ¿Por qué me has desamparado?” (Mateo 27.46). Y todo lo hizo por amor, por amor a ti y a mí. ¿No te parece que esa la máxima prueba de lo que es realmente el amor? Amor más allá de las palabras, amor hecho acción, sangre que compró nuestra redención. 1 Pedro 1.18-19 dice: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”. Toma un momento, vuelve a leer Juan 3.16, reflexiona y dale gracias a Dios, por el más grande regalo que alguna persona pudo alguna vez recibir. ‪#‎LuigiZelote ‪#‎Adhulam



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