viernes, 19 de febrero de 2016

Desde Mi Celda (Poesía)


1 Pedro 2.21–25
"Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas, el cual no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en su boca; y quien, cuando le ultrajaban, no respondía ultrajando; cuando padecía no amenazaba, sino que se encomendaba a aquel que juzga con justicia; y Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos justamente, porque por sus heridas fuisteis sanados. Pues, vosotros andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas".
Te escribo desde mi celda
En la penumbra de mis latidos
Tus pupilas delatan los rastros
Que me encadenan a esta prisión.
La libertad es un juego que el mundo perdió
En el dial los cadáveres bailan un son.
Las lágrimas de este recluso
Que clama en su habitación
Salpican cual pentagrama
El lienzo de tu perdón.
La libertad es un derecho que ya caducó
Al apostar el futuro al encierro feroz.
Conspiran también los recuerdos
Las miradas a orillas del mar
Se aferran a tus palabras
Como el ave se aferra a trinar.
La libertad es una corona de espinas
Una sentencia que Cristo saldó
Una cruz, una tumba vacía
Un cautivo que su gracia salvo.
Juan 8.36
"Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres".

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