En estos últimos meses hemos visto como viene creciendo
en nuestro país la población venezolana, de manera desordenada, tal es así que
esta situación ha despertado el rechazo hacia ellos.
Venezuela vive una de sus peores crisis en los últimos
años (sino la peor de su historia), con un presidente que gobernando tan mal no
se entiende que se mantenga en el poder por tanto tiempo, una inflación
espantosa, la gente no tiene para comer, el sueldo no alcanza y lógicamente la
gente tiene que salir del país para poder subsistir (no veo otra manera)……
Aunque increíblemente hay también unos cuantos del lado del presidente que
viven muy bien a costa del pueblo.
Es sabido que a lo largo de la historia, Latinoamérica ha
sufrido de terribles dictaduras a lo largo de su historia y que al igual que
Venezuela muchos han tenido que salir de sus países huyendo del horror.
De igual modo es evidente que en algún punto los
inmigrantes no han sido vistos con buenos ojos por parte de los países hacia
donde emigran por situaciones diversas, pero tal vez la razón principal sea
porque creen que les van a quitar trabajo, van a traer delincuencia en algunos
casos o desorden…. Tal vez sea cierto en algunos casos, pero también estas
personas hacen el trabajo que muchos no quieren hacer.
Hemos visto que los venezolanos que han venido a Lima se
han dedicado a trabajar de manera silenciosa en lo que pueden, siendo muchos de
ellos profesionales, hacían lo que fuera necesario para poder ayudar a sus
familias, y los que conseguían de alguna forma un trabajo formal con los
beneficios de ley y todo , se encontraban con la ingrata sorpresa de que si no
consignaban un domicilio fijo (cosa que no es tan fácil como parece) les
reducían el 30% de su sueldo más el 13 % por concepto de AFP.
Sin embargo en estos últimos meses hemos visto la llegada
de “otra clase de venezolanos”, los que al parecer al ver que la entrada a
nuestro país era fácil, se vinieron, pero da la casualidad que estos últimos
han sido en muchos casos personas que les gusta las cosas fáciles, es decir
delincuentes que no tienen escrúpulos para obtener su objetivo y esto ha
generado el rechazo de una parte de la población peruana, con justa, razón, el
problema es que justos están pagando por pecadores.
Mucho se ha hablado de lo intransigente que es el
gobierno al empezar a pedir pasaporte a los ciudadanos que vienen de Venezuela,
pero creo que ante tanta informalidad con su llegada al país y ante todo lo que
está empezando a suceder, creemos que ya era hora de que alguien empezara a
poner un freno.
No tenemos nada contra los hermanos venezolanos, solo que
somos un país sub-desarrollado que muchas veces a las justas podemos con
nosotros, y hacemos lo posible por ayudarlos, pero la situación ya se salió de
control y un freno era necesario. Muchos dicen que la prensa y muchas personas
se preocupan más por los venezolanos, que por los propios peruanos, pero la
verdad es que si no hubiera esta migración de venezolanos, tampoco se
preocuparían por los problemas del país, es solo una excusa más.
Creemos que ambas caras de la moneda están mal, el odio y
la xenofobia por un lado y la sobre exposición de los medios en favor de los
venezolanos, sabiendo que hay muchos asuntos pendientes por resolver en el país
y que quizás todo esto solo sea una cortina de humo para tapar cosas (como el
querer anular los audios como medios probatorios).
Saludamos la medida del gobierno y esperamos que ayude a
controlar esta situación que como dije estaba empezando a volverse
incontrolable.
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