Domingo 29 de julio,
último domingo del mes, lo habíamos estado meditando en la semana, era el
momento correcto, el tiempo y el espacio estaban alineados, la Feria del Libro
nos esperaba con las puertas abiertas y con los bolsillos dispuestos a hacer el
sacrificio en pos de adquirir esos preciados ejemplares que debíamos de
conseguir o conseguir.
Agarramos nuestra combi
de siempre y nos dirigimos al lugar de los hechos, llegamos y para sorpresa
nuestra aun no llegaba la mancha que en teoría debía estar allí pues era
domingo. (lógico o no ¿??)
Como no somos de
aquellos que dan vueltas y vueltas, fuimos directo al grano, ya sabíamos lo que
debíamos de comprar y hacia allí apuntamos.
Primera parada el libro
de Alonso Cantuarias sobre la vida de Emilio Lafeferranderie o simplemente El
Veco, la persona que nos atendió nos dijo que la cola para su conferencia el
sábado anterior estaba inmensa y que “Ese Señor era muy conocido”, lástima que
parece que no tenía ni idea quien era El Veco.
Seguimos avanzando por
algunos stands atiborrados de gente y entre una que otra cosa interesante
(entre ellas una Biblia manga), aterrizamos en el stand de la librería El
Virrey y la simpática señorita que estaba promocionando algunos libros nos
llamó la atención y cuando nos acercamos ,cual sería nuestra sorpresa al ver
recién salidas del horno ediciones nuevas del gran Julio Ramon Ribeyro y como
la tentación a fracasar no volviéndolas a ver jamás fue mayor que nuestro
presupuesto, nos abalanzamos ávidos de Ribeyro y nos hicimos con un ejemplar de
la casi imposible de conseguir “Cambio de Guardia” y el libro de entrevistas de
Jorge Coaguila a Ribeyro en edición aumentada (que más se le podía pedir a la
vida)
Seguimos avanzando y
luego de una búsqueda implacable, llegamos al stand de Ediciones Contracultura
(chúpate esa) y el dueño nos atendió muy amablemente y nos entregó la preciada
nueva edición del libro “Alta Tensión” del buen Pedro Cornejo y con eso
estábamos completos.
Pero como aun no
queríamos emprender la retirada, nos metimos a un conservatorio del amigo
caricaturista Carlin que acababa de lanzar su libro “Lo Peor de Carlin” (para
otra vez será)
Y como tiene su final
,cuando salimos ya había empezado a llegar la gente, así que emprendimos la
digna retirada rumbo a la calle y a la lluvia que caía encima de la ciudad,
felices y hambrientos arrastramos nuestros huesos hacia la próxima parada.
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