Mateo
25.21, 29
“Y
su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor… Porque al que tiene, le será
dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”
Una
de las más importantes enseñanzas que dejó el Maestro para su Iglesia fue la de
administrar nuestros talentos para gloria suya. Narró la parábola de un señor
que al irse de viaje dejó tres mayordomos (a pesar de servir al mismo señor,
cada uno tenía una distinta manera como administrar). Uno a uno fueron
acercándose a Él y este les dejó diferentes cantidades de dinero. Dos de ellos
no dudaron en invertirlos y duplicar lo que su amo les había dejado. Uno de
ellos, tal vez por temor, miedo al cambio o incertidumbre, pero de todas maneras
con algo de flojera y apatía; decidió ocultar el dinero y esperar (si, esperar)
a que su amo regrese. Al regresar de su viaje, el patrón se sintió feliz y
agradecido con dos de sus siervos, los recompensó. Sin embargo no le convenció
la excusa que el último le dio y lo despojó incluso de lo que tenía.
Las
Escrituras muestran que al haber aceptado a Cristo como nuestro Señor, somos
morada del Espíritu Santo y que éste empieza a trabajar en nuestras vidas.
Significa que aunque no te sientas seguro de esto, mínimo tienes un don que
administrar “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios
que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis
enriquecidos en Él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca
de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en
ningún don” (1 Corintios 1.4-7).
Así
que no se trata de debatir si tienes o no tienes, se trata de saber cómo
ejercer y aplicar tu don al servicio del Cuerpo de Cristo y para glorificar a
tu Señor. Decir que no tienes un don significaría que sabes algo que Dios no
sabe, y creo que eso sería totalmente inverosímil. Pero aún así, seguramente lo
sigues pensando, y eso es porque probablemente tu actitud esté siendo como el
último siervo, tratando de esconder aquello que Dios te dio, no usándolo para
multiplicar los beneficios que tu talento podría brindar a otros. #DanielJ
#Adhulam
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