¿Habla la Biblia solamente
de seguir a Jesús, predicar el evangelio y vivir una vida que agrade a Dios?
¿Se preocupa Dios por aquellas personas que al parecer no tienen voz?
Si leemos con detenimiento
a los profetas nos daremos cuenta de que ellos también denunciaban la “dejadez”
del pueblo al preocuparse por los pobres, las viudas y por descuidar la
justicia social y desviar su mirada y hacer como si ellos fuesen invisibles.
Porque yo sé de vuestras
muchas rebeliones, y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo, y
recibís cohecho, y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres. Amos
5: 12
Santiago en su libro nos
indica que la fe sin obras es muerta, el se refería a que muchas veces nos
sentimos “salvos y seguros” y empezamos a preocuparnos solo en nosotros mismos,
en nuestras actividades y olvidamos a quienes están en necesidad y en
sufrimiento.
La religión pura y sin
mancha delante de Dios nuestro Padre es esta: atender a los huérfanos y a las
viudas en sus aflicciones y conservarse limpio de la corrupción del mundo. Santiago
5:27
Cuando Jesús estuvo en la
tierra siempre se preocupo por aquellos a quienes los líderes religiosos veían
como menos o simplemente menospreciaban por creerse superior a ellos, Jesús los
abrazo, les hizo sentir que valían y les predico el evangelio.
Creemos que todo debe de
tener un equilibrio y entendemos que hay personas que tal vez sobre enfatizan
la ayuda social olvidando lo demás y otros que simplemente la ignoran, pero
todo es importante. A veces queremos simplemente decir “Jesús te ama”, pero
luego volteamos y no atendemos sus necesidades físicas.
Hay muchas formas de poder
ayudar a las personas, hay muchos ministerios que lo están haciendo, es solo
cuestión de pedir dirección a Dios e involúcranos. Lo que mas se requiere son
manos, así que pongamos nuestras manos en el arado y empecemos a hacer la
diferencia.
“Como cristianos comprometidos con la autoridad de la Escritura y la verdad del evangelio, tenemos mejores respuestas que las que el mundo puede dar a los problemas de racismo, injusticia, crueldad humana, y cualquier otro mal social. Tenemos la cruz de Jesucristo, y el Espíritu Santo quien nos hace crecer y nos conduce en todo amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio (Gálatas 5:22-23).”
John MacArthur
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