Siempre he tratado de pasar desapercibido en mi cumpleaños, me gusta mantener un perfil bajo y que las personas que realmente me aprecien se acuerden de mi cumple, por eso es que no aparece la fecha en Facebook, como dicen, cada loco con su tema.
Pero este año quería hacer algo diferente recordando estos complicados años de pandemia que nos tocaron vivir a todos y como se han dado las cosas y en donde me encuentro ahora.
Yo había dejado de trabajar justo antes de la pandemia y luego de que las cosas se normalizaran estuve vendiendo cosas y haciendo mis trámites y otras cosas que hacía de vez en cuando, pero nada de un trabajo fijo.
Empecé a colaborar de nuevo con una de las personas a quien más admiro y quiero y de quien he aprendido bastante y le debo mucho y que pese a la distancia nos seguimos comunicando y me convoco en esta nueva locura que al final se convirtió en dos revistas, algunos proyectos aparte y unas cosas por hacer que aún están en el horno.
Comencé a escribir devocionales y frases con los amigos de Yo También y a la par se inició mi aventura con la revista Vamos, la cual continúa y que ahora me está llevando hacia otros rumbos por el camino de las misiones que siempre me han apasionado y sirviendo con los dones y talentos que el Señor me dio.
Por allí se abrió la posibilidad de traducir de manera algo libres cartas y eso me está ayudando a sostenerme, eso y otras cosas adicionales.
Luego de más de 20 años estoy regresando al sendero de la “normalidad” por así decirlo decidiendo en una nueva “casa” en donde espero poder poner mi granito de arena y usar mis dones y talentos para apoyar a la obra del Señor.
Sigo escribiendo el blog de Marcados x Su Sangre y actualizando de vez en cuando Sangre Suficiente con diverso contenido, esto aun a pesar de que el fanzine ya llego a su fin en lo que a números por salir se refiere.
Creo que, aunque algunos piensen que no estoy haciendo nada o que he tomado malas decisiones, yo estoy feliz de como se están dando las cosas con ayuda de Dios. Aún soy un cable pelado muchas veces y tengo cosas por dejar atrás, pero con ayuda de Dios y luego de mucho tiempo, al parecer la luz al final del túnel se está comenzando a aclarar.
En verdad los caminos de Dios son extraños, pero yo seguiré adelante con las altas y bajas haciendo lo que mejor sé hacer y siguiendo en los caminos del Señor.
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