La ventaja de ser invisible le permite poder moverse por debajo de las redes. Mientras la mayoría se peleaba por tener presencia en los medios, el invisible tenía contacto con la gente; mientras los mediáticos buscaban ser tendencia en las redes virtuales, el invisible generaba redes humanas viajando pueblo por pueblo; mientras los populares eran tema de debate en los grupos de Whatsapp, el invisible discutía los problemas de la gente mirándola a los ojos.
Ser ese que nadie tiene mapeado, el que nadie presta atención, el que a nadie le importa, el que se le minimiza por ser como es, ese que es tan insignificante que ni siquiera vale la pena mencionarlo, estudiarlo, analizarlo, ni atacarlo. Ese invisible nos hace dar cuenta, nuevamente, que el Perú es más grande y más profundo que Lima, que nuestro barrio acomodado, que nuestra urbana mirada de la realidad.
Hay una frase muy común entre algunos especialistas y estrategas de comunicación: "si no estás en Internet, en los medios y en las redes, no existes". Esa parece ser la verdadera razón de este "sorpresivo" outsider: haberle dado voz a los invisibles, ser la imagen que representa a los que a nadie importan... a los que no existen.
Jose Antonio Ulloa Cueva
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