Un viaje que se hizo
interminable gracias a la izquierda que no tuvo mejor idea que cerrar una parte
de la carretera y de esa forma prolongar nuestro viaje, llegamos casi a las 10
de la noche a Fernando del Oro lugar del campamento y los leones se quedaron
sin tocar ese día.
El campamento era para
adolescentes, Carlos dicto sus talleres, y fue una experiencia interesante, en
donde aprendimos bastantes cosas y nos sacamos el sombrero ante la organización
del mismo pues realmente lo hicieron muy bien. El último día del campamento se
les dio la oportunidad a los leones de tocar unas cuentas canciones y se
metieron al público al bolsillo.
Luego del campamento
alquilamos una casa en donde descansamos un momento y luego fuimos al terminal,
rumbo al local del amigo Maxo que había organizado una tocada con algunas
bandas, incluidos los leones, el local estaba abarrotado y nos invitaban comida
y bebida, muy buena iniciativa de Maxo, que además es un excelente baterista,
los leones la volvieron a romper y el respetable se encandilo… Me encanto el
ambiente y todo alrededor, espero que más de este tipo de eventos se puedan
realizar.
Salimos a andar por la
ciudad y comer antes de regresar a casa, al día siguiente fuimos a ver una
parte del rió, pero por falta de tiempo y de ponernos de acuerdo, no pudimos
ver la parte más hermosa del rió. Igual salimos de nuevo a recorrer la ciudad y
a comer para variar.
Al día siguiente los
leones y su comitiva partieron a Lima y Carlos compartió en la iglesia IBA en
Allen y luego almorzamos, descansamos y paseamos y así pasamos los dos días
restantes que teníamos en esta parte de Argentina, en donde nos trataron
demasiado bien…. Gracias por todo.
En la noche partimos
para Bariloche y luego de seis horas de bus, nos recibió un frio que no
habíamos previsto del todo, nos recogieron de la terminal y recorrimos este
hermoso paraíso en la tierra durante todo el día, claro que un día no fue
suficiente para recorrerlo, pero lo que vimos nos enamoró por completo,
esperamos con ansias poder regresar
nuevamente.
Terminado este pequeño
paseo por Bariloche fuimos a la terminal y otras seis horas de bus para llegar
a Neuquen y encontrarnos con unos amigos, luego enrumbar hacia Temuco y luego a
Santiago, dejamos Argentina atrás y emprendimos el largo viaje que teníamos
adelante.
Argentina fue
maravilloso, gente que así nomas no se encuentra, una ciudad hermosa, una
iglesia hermosa y muchas ganas de regresar.
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