jueves, 17 de noviembre de 2016

Incendio en Larcomar

El miércoles por la tarde me encontraba en mi trabajo almorzando, era un día como cualquier otro, cuando mi compañera entra y prende la Tv y la noticia me cae como un balde de agua fría, un humo negro subía al cielo y se extendía alrededor del Malecón de Miraflores, Larcomar ardía en llamas.

Al principio pensé que era un incendio que iba a ser controlado en cuestión de minutos como muchas veces sucede, pero que equivocado que estaba, algunas horas después me enteré de que cuatro personas habían fallecido y hasta ese momento trece estaban desaparecidas.

Pero lo peor fueron las revelaciones que vinieron después: Primero que hasta ahora nadie sabía las causas del incendio, segundo un brother que sale a dar declaraciones preocupándose mas por las pérdidas materiales que las humanas, tercero enterarse que según dice la puerta principal del cine que fue en donde ocurrió el incendio estaba cerrada y que los aspersores no funcionaban.

Lo más lamentable fue escuchar a Defensa Civil decir que desde el año 2014 por un decreto aprobado cuando Ana Jara estaba en el gobierno, defensa civil fue dejada a un lado y las municipalidades empezarían a hacerse cargo del trabajo de defensa civil en sus distritos y que en el 2014 se aprobó que los permisos de defensa civil no caducaran (aquí el link: http://gestion.pe/empresas/incendio-larcomar-que-norma-impidio-inspeccion-continua-defensa-civil-centros-comerciales-2174941)

Porqué será que aquí en nuestro país la vida de las personas vale tan poco, la sangre corre todos los días y a nadie parece importarle, muertos son velados, familias son enlutadas y simplemente es noticia de unos días y luego todo vuelve a la normalidad como si nada hubiera pasado, nada se corrige, todo es pura pantalla y los responsables siempre se lavan las manos y mas si tienen dinero.


Ojala algún día (que no sea utopía) esta situación cambie y de verdad la justicia pueda salir a la luz y ya no haya mas hechos lamentables que comentar por la negligencia de algunos que por ganarse unas monedas o simplemente por fregar ponen en riesgo la vida de muchas personas, y que este acontecimiento siente un precedente y que los culpables (incluyendo a quienes aprobaron esa nefasta ordenanza), sean castigados con todo el peso de la ley, sean quienes sean. 

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