Día diez de diciembre, un día normal sin ninguna novedad
en el frente salvo que para un servidor este día iba a ser su encuentro cercano
con lo mejor de la gastronomía Peruana, luego de cuatro ediciones, finalmente tenía
el tiempo y las ganas para ir a Mistura y ver con estos ojos que algún día se comerán
los gusanos, si realmente era verdad tantas cosas positivas que decían acerca
de esta feria de calidad internacional según los expertos.
Bueno empecemos, llegamos al lugar alrededor de las 11 de
la mañana, había tráfico y a la hora de ingresar fuimos registrados más o menos
tres veces, dándonos a entender que le lugar tenia seguridad, y también nos
regalaron una bolsa de sal de Andrews para el estomago, claro eso era justo lo
que necesitábamos.
Una vez dentro del lugar vimos como a nuestro modesto
entender ningún hermano árbol había sido talado o podado, para beneplácito de los
amigos del capitán planeta. Recargamos nuestras tarjetas, reclamamos nuestro
mapa del evento y enrumbamos hacia el local del tan promocionado chancho la
palo a quien la promoción le había hecho bien pues su local estaba repleto y
con una respetable cola. Dejamos a mis tías comiendo su chancho al palo y yo y
mi compañero de mil batallas y experto en menesteres culinarios nos fuimos a
buscar lo que habíamos planificado, los restaurantes más fichos, porque nos
dijimos uno al otro: ¿Cuál es la gracia de venir hasta aquí y comer lo que siempre
comemos?
Con esta idea en mente fuimos a la caza del plato especial
y caímos en un local de comida italiana llamado “Il Placere” y nos servimos
unos Gnocchi de papa amarilla con salsa
anticuchera y una Lasagña a la huancaína con punta de pecho estofada y queso
mantecoso de Cajamarca, una delicia puesta al alcance de paladares mundanos.
Luego de eso nos fuimos a buscar algo de tomar y de allí a
buscar a las tías que se habían perdido, pero a quienes finalmente encontramos,
luego a seguir comiendo y ahora nos tocó el turno de probar un Osobuco con
Risoto y algo de comida Japonesa para variar el menú, luego de ello unos
anticuchos donde la tía Grimanesa y un suspiro a la limeña para darle el toque
dulce al asunto.
Después de casi no poder caminar por todo lo que nos habíamos
metido decidimos hacer un poco de ejercicio y caminar para ver que mas encontrábamos
y fue así que dimos con el mercado que sinceramente no me pareció nada del otro
mundo, luego a ver si nos regalaban pan ,pero solo probamos un par de panes ,después
al rincón del chocolate que tampoco fue nada del otro mundo pues me pareció que
los precios estaban igual que en la calle y no nos animamos a comprar nada allí.
Finalmente como para cerrar con broche de oro nos fuimos
al rincón de los postres en donde había una larga fila de locales con gran
variedad de diversos dulces, lo malo es que solo habían dos cajas para pagar y
una cola recontra grande, pero después de hacer la cola y esperar un buen rato
compramos nuestros dulces, pero otra cosa lamentable fue que el local de Sandra
Plevisiani estaba lleno y allí tuvimos que esperar un buen rato mas, pero el
que espera tiene sus frutos y comimos Mana, pecanas rellenas, Tocino del Cielo
y Cinco Leches, y también quedo para
llevar a la familia.
Y eso fue todo, salimos a tomar nuestro taxi que nos llevaría
a nuestro destino pensando en que nos llevábamos de Mistura (aparte de la
barriga llena), y creo que yo me lleve una bonita experiencia, nada del otro
mundo, pero no me quejo de haber podido ir y finalmente sacarme el clavo.
Mistura es una bonita feria gastronómica un tanto
sobredimensionada, no es nada del otro mundo
y hay cosas a un precio razonable, otras tantas al mismo precio, pero de todas formas te da la
posibilidad de comer cosas que así nada mas no comerías.
Pensamiento final y recomendación de taquito: Si quieres
ir a Mistura llévate mínimo tus 50 soles y algo de efectivo para comprar en el
mercado y en los puestos de chocolates, anda con la mente abierta pensando en
que no vas a comer como chancho, sino en que vas a probar un poco de todo,
piensa en probar cosas que así nada mas no comerías todos los días, anda un día
de semana por la mañana y trata de evitar los locales con demasiada aglomeración
de gente.
Mistura, bonito lugar para comer las delicias que nuestro
país hermoso paraíso gastronómico nos ofrece, y ahora me retiro porque tengo
que ir a ver que hay en la refrigeradora, toda esta diatriba acerca de la
comida me ha dado hambre.
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