Mi
nombre es Steven y quería compartirles a través de estas líneas lo que
significa la oración para mí. La verdad es que sinceramente nunca he sido una
persona de oración ya que siempre he sabido que es necesario el orar y buscar a
Dios. Sin embargo, cuán complicado se me hacía. Al igual que C.S Lewis,
asociaba la oración con sentir algo, pensaba que como no sentía nada, algo
andaba mal.
Además,
tenía en mi mente que la oración consistía en hacer vanas repeticiones como me
habían enseñado mis padres al crecer. Muchas veces me sucedía lo que a los discípulos
de Jesús, que no pudieron velar ni siquiera una hora mientras Jesús se fue a
orar aparte.
Cuánto
anhelo poder ser como David y entender a Dios de la manera en que él lo
entendió; David comprendió la profundidad de la oración, cuando estaba molesto
lo decía sin temor, cuando estaba triste lo expresaba, presentaba sus quejas
ante Dios siendo completamente real. No venia ante Dios con frases trabajadas o repeticiones vanas ,él no necesitaba sentir
a Dios para saber que éste era real. Simplemente sabía que podía derramar su
alma delante de Dios, quien lo escuchaba atentamente y lo consideraba un hombre
conforme a su corazón.
Ahora
que analizo esto, me doy cuenta de que
al orar y acercarme a Dios no debo de tratar de imitar a nadie, tan solo debo
de ser yo mismo; presentarme humildemente ante mi amado Creador y derramar mi
corazón delante de Él pues estoy seguro de que ama las oraciones que vienen desde el corazón,
un corazón lleno de preguntas y de pasión por hacer las cosas bien.
Aunque
tengo fallas, Dios me ama y eso es lo que más importa y ahora, con su permiso,
tengo una cita con mi amado Creador.
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