Hace unas semanas atrás tuve la oportunidad de ir a un pueblito en la sierra de Lima a predicar junto a un hermano de los Estados Unidos la Palabra de Dios.
En una de nuestras visitas a los pueblitos aledaños llegamos a un pequeño pueblo en donde compartimos con algunas personas, pero al momento de salir de este pequeño pueblito y regresar al pueblo donde estábamos alojados decidimos en vez de tomar el camino largo y conocido, tomamos un camino corto que no conocíamos muy bien y ese fue un grave error.
Lo que paso después es que nos perdimos en medio de las montañas y no sabíamos para donde ir, estuvimos dando varias vueltas ,nos íbamos por un camino y luego retrocedíamos por otro y no sabíamos que hacer, estábamos empezándonos a preocuparnos ,oramos a Dios y seguimos .
Finalmente luego de sortear caminos peligrosos, algunas vacas y toros que nos veían con mala cara, algunos lugares donde tuvimos que saltar y mojarnos en el rio, después de todo eso regresamos al mismo lugar de donde habíamos salido, mojados, heridos en nuestro orgullo y cansados, pero aprendimos una valiosa lección.
La verdad es que al igual que a nosotros que nos perdimos por tomar el camino más cortó, así mismo muchas veces en la vida cristiana cuando queremos Hacer las cosas más fáciles y elegimos el camino fácil ,es allí en donde nos metemos en problemas y muchas veces nos desviamos.
Dios quiere que sigamos por el camino que El nos ha marcado, no que elijamos peligrosos atajos que lo único que harán será desviarnos del camino principal y nos harán pasar un mal rato, los atajos parecen la ruta más fácil a primera vista, pero la verdad es que a la larga se convierten en el camino más pesado y tortuoso.
Así que ya saben no sigan mi ejemplo y sigan por la senda larga que finalmente es la mejor de todas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario