domingo, 25 de mayo de 2008

Apoyo Bíblico al Tatuaje.


Todos los versos de La Biblia De Las Américas
¿Quién dice que los tatuajes son sacrílegos? ¿Lo dice la Biblia? ¡Definitivamente no!
Así que, ¿por qué nos condenan muchos buenos Cristianos, a aquellos que tenemos tatuajes o a quien quiera tatuarse?
Desgraciadamente, pienso que muchos Cristianos no entienden totalmente la gracia salvadora que se nos dio a través de la humanidad y muerte de nuestro Señor, Jesucristo.
Como Cristianos devotos, tatuados, nos incumbe educar a otros Cristianos sobre:

1. La Ley Antigua, y la Nueva Ley establecida por Cristo y cómo se relaciona Levítico 19:28 con la Nueva Ley
2. El contexto para 1 Corintios 6:19 : Tu cuerpo como un Templo
3. Imágenes de tatuaje en la Biblia 4. Nuestro deber de evangelizar

También necesitamos demostrar a nuestros críticos que nuestra fe está basada en más que sólo tatuajes; también es apoyada a través de buenas obras. Y debemos orar tan a menudo como sea posible por que problemas divisorios pero triviales (como el arte corporal) sean lanzados a un lado en favor de problemas más urgentes: Desigualdad, hambre, unidad Cristiana ...

La Ley Antigua, y la Nueva Ley establecida por Cristo y cómo se relaciona Levítico 19:28 con la Nueva Ley parece que cada discusión Cristiana anti-tatuaje está basada principalmente en una cosa ... un solo verso de Levítico:
"No haréis sajaduras en vuestro cuerpo por un muerto, ni os haréis tatuajes; yo soy el Señor."

Bueno, hay un problema muy real con este argumento. Uno no puede creer que Jesús es Señor y que Él vino a salvar al mundo a través de la gracia y el amor, y todavía aceptar este verso como aplicable a nosotros hoy. Parece rudo, pero es verdad. ¿Por qué? La respuesta es simple. Cristo nos dio una Nueva Ley, una que reemplaza la Ley del Antiguo Testamento, lo que incluye Levítico 19:28.
Contestando las siguientes preguntas, veremos que la Nueva Ley de Cristo nos libra de las trabas que nos mantuvieron cautivos a los rituales y observancias como la de Levítico 19:28.

¿Cuál es la Ley Antigua? ¿Por qué era necesaria?
Si teníamos una Ley, ¿por qué necesitábamos una Nueva Ley?
¿Cómo sabemos que realmente hay una Nueva Ley?
¿Significa esto que la Ley Antigua es inválida y nula?
¿Cuál es la Ley Antigua? ¿Por qué era necesaria?

Antes que expliquemos la Nueva Ley y sus libertades, necesitamos mirar la Ley Antigua, su naturaleza, y por qué era necesaria en la historia de la salvación.
Antes que Cristo abrazara a la humanidad y se volviera hombre, el mundo estaba en desorden: Estaba dividido y las personas no entendían que compartimos un Padre en común, es decir, el único Dios verdadero. La Biblia nos dice todo esto. De hecho, sabemos que los hombres eran espiritualmente infantiles, inmaduros, e incapaces de comprender su maldad, y divididos como estábamos, no había ninguna solución rápida para [lograr] unidad. Fue en ese momento, con la venida de Cristo [siendo] ya una parte de Su plan Divino, que el Señor nuestro Dios tomó para sí mismo un pueblo que sería puesto aparte y se dispondría a recibir al Redentor (ve Deuteronomio 7:6). Para prepararse para este momento, la plenitud del tiempo cuando Cristo aparecería, Dios les dio a Moisés y los Israelitas ciertas leyes que despertaron sus conciencias y, al mismo tiempo, los ponían aparte de las naciones paganas, un tipo de "barrera" que asegurara que los Israelitas permanecieran libres de "contaminación."
Así tenemos la Ley Antigua, como se describe en los libros de Éxodo, Levítico, y Deuteronomio. La Ley Antigua se divide en dos partes, el código moral y los mandatos civiles y ceremoniales (observancias rituales). El código moral, resumido en los Diez Mandamientos, es una ley natural, la ley de la conciencia, recogida por la razón, y el fundamento sobre el cual el hombre debe comprender su vocación para vivir a la imagen de Dios. Los mandamientos hacen evidente lo que está contra el amor de Dios, y por consiguiente nos muestran nuestros pecados. La segunda parte de la Ley Antigua, las observancias, era necesaria para asegurar que los Israelitas permanecieran unidos como pueblo y aparte de los paganos.
Si teníamos una Ley, ¿por qué necesitábamos una Nueva Ley?

Así que la próxima pregunta es, si teníamos una Ley, ¿por qué necesitábamos una
Nueva Ley?


La verdad es esta: la Ley Antigua está incompleta. Eso no quiere decir que es impía o sin inspiración o que no es parte del plan misterioso de Dios. La Ley Antigua, con sus castigos severos y premios terrenales, era necesaria para un pueblo obstinado que era tanto carnal como no espiritual. Dios quería que su pueblo escogido desarrollara una conciencia de la pecaminosidad de modo que cuando llegara la plenitud del tiempo, Dios presentaría una Nueva Ley que permitiría cada uno de nosotros conocer, en nuestros corazones, el amor de Dios que perdona nuestros pecados y nos levanta a la vida eterna. Y en esto yacen las debilidades de la Ley Antigua: No perdona pecados (ya que sólo el amor de Dios puede hacer esto) Sugiere que nuestras acciones, de acuerdo con la Ley, son el único criterio para la vida eterna (equivocado, ya que sólo la gracia basada en la fe puede garantizar esto) Se apoya en el miedo al castigo, en lugar del amor, que es Dios
En verdad, si la Ley Antigua tuviera el poder para hacernos virtuosos y puros, limpios y perfectos sacrificios para el Señor, entonces la muerte de Jesús en la cruz, el sacrificio que abre la puerta a Dios el Padre, habría sido innecesario.
"No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la ley, entonces Cristo murió en vano. " - Gálatas 2:21
"Pero ahora El ha obtenido un ministerio tanto mejor, por cuanto es también el mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Pues si aquel primer pacto hubiera sido sin defecto, no se hubiera buscado lugar para el segundo." - Hebreos 8:6-7
Está claro que la Ley Antigua no tiene el poder para librarnos de las cadenas del pecado, porque sólo la gracia del Espíritu Santo, dada al creyente a través de la fe en Cristo, puede quitar la mancha del pecado. La fe y el perdón de pecados son regalos que llevan a la vida eterna, y sólo Cristo puede dar esos regalos. Las observancias ceremoniales y rituales de la Ley Antigua eran sólo indicaciones de un más puro y más eficaz estilo de vida, como se ve en la Nueva Ley, la que, cuando fue instituida, dejó la mayoría de las Leyes Antiguas sin sentido.

¿Pero cómo sabemos que realmente hay una Nueva Ley?

El Nuevo Testamento entero es una proclamación de la Nueva Ley, como lo son las acciones de la iglesia primitiva. Nosotros vemos la Nueva Ley en:
las escrituras de los Apóstoles, los Evangelistas, y San Pablo las acciones de la Iglesia Primitiva las palabras y acciones de Cristo
En el Nuevo Testamento, San Juan el Bautista está entre las primeras personas que reconocen que hay una Nueva Ley que debemos seguir si hemos de lograr el perdón de los pecados y la vida eterna.
"Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: ‘He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.' " - Juan 1:29
En sólo una declaración, San Juan Bautista deja en claro que Jesús es el sacrificio (Cordero) que quita nuestro pecado, no los sacrificios descritos en la Ley Antigua. Si las observancias rituales tuvieran algún peso a estas alturas, San Juan Bautista habría dicho, '¡Miren, el Cordero de Dios que, junto con la circuncisión y ofrendas quemadas, quita el pecado del mundo!' " Pero él no lo hizo.
San Juan el Evangelista, en su Evangelio, bosqueja la necesidad de la fe -- no de la observancia de la Ley Antigua -- como base para la obtención del Reino:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna." - Juan 3:16
San Juan no escribe que para ganar el reino, debemos circuncidarnos o debemos ofrecer ofrendas quemadas en un altar o negarnos a tocar a los leprosos. No, él escribe que necesitamos tener fe, fe en Cristo.
Y San Pedro, primero entre los Apóstoles y líder de la iglesia primitiva, dijo que la fe en Cristo, y no la adhesión a la Ley Antigua, es el requisito principal para el perdón de pecados:
"De éste dan testimonio todos los profetas, de que por su nombre, todo el que cree en El recibe el perdón de los pecados." - Hechos 10:43
Si algunos Cristianos creen que estas expresiones son demasiado obtusas y oscuras y no describen suficientemente la abrogación de la Ley Antigua en favor de la Nueva Ley, entonces les digo que deben mirar lo que San Pablo tenía que decir sobre la Ley que gobernaba las vidas de los Judíos. San Pablo es portentoso en su condenación de la Ley Antigua como una herramienta necesaria para el logro de la salvación:
"De Cristo os habéis separado, vosotros que procuráis ser justificados por la ley; de la gracia habéis caído. Pues nosotros, por medio del Espíritu, esperamos por la fe la esperanza de justicia. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión significan nada, sino la fe que obra por amor." - Gálatas 5:4-6
"Pero ahora hemos quedado libres de la ley, habiendo muerto a lo que nos ataba, de modo que sirvamos en la novedad del Espíritu y no en el arcaísmo de la letra." - Romanos 7:6
"Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo, y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, " - Filipenses 3:8-9
"...nuestra suficiencia es de Dios, el cual también nos hizo suficientes como ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida." - 2 Corintios 3:5-6
Además de las escrituras de los apóstoles, evangelistas, y San Pablo, las acciones de la iglesia primitiva indican que una Nueva Ley estaba siendo comprendida.
San Pedro, líder de la iglesia, [lo] muestra con el ejemplo mientras visitaba al pagano Cornelio, que estaba asombrado que San Pedro se encontrara con él, alguien considerado impuro por las normas expresadas en la Ley Antigua. Aquí, Pedro les dice a aquellos congregados en la casa de Cornelio que se ha promulgado una Nueva Ley:
"Vosotros sabéis cuán ilícito es para un judío asociarse con un extranjero o visitarlo, pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debo llamar impuro o inmundo." - Hechos 10:28
En los próximos años, la iglesia primitiva se pondría más inexorable aun sobre separarse de las prácticas rituales que esclavizaban a los judíos y les impedían amar a todos por igual. En Hechos 15, vemos a los líderes de la iglesia (Pedro, Jacobo, Pablo, Bernabé, y muchos otros) reunirse para clarificar la posición de la iglesia hacia la circuncisión, una de las leyes más santas (y más separatistas) del Antiguo Pacto establecido por Moisés. El resultado no debe sorprender a nadie: Los apóstoles abolieron el requisito de la circuncisión y casi toda otra ley que limitaba a los Judíos. ¿Por qué? El Espíritu Santo les dijo que no pusieran una carga mayor que lo necesario (Hechos 15:28) porque la fe era el elemento necesario para una vida en Cristo.
Otra de las más sagradas leyes del Antiguo Pacto, el Sabát [día de reposo], estaba completamente corroído cuando San Pablo escribió su primera carta a los Corintios.
"Que el primer día de la semana, cada uno de vosotros aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas." -1 Corintios 16:2
El primer día de la semana durante ese tiempo era domingo, y este verso muestra claramente que éste era el día en que los Cristianos se juntaban para celebrar como una comunidad (como opuesto al Sabát judío, el Sábado). ¿Cómo pudieron los Cristianos abandonar el Sabát, uno de los más santos de los preceptos, si no tenían una Nueva Ley que requería fe y en respuesta a la gracia?
Pero quizás algunos Cristianos pueden decir, olvida todo lo anterior: la iglesia primitiva interpretó mal lo que Jesús dijo e hizo durante su ministerio. ¡Cuán lejos de la Verdad está esto! Jesús no sólo habló sobre el Nuevo Pacto que Él estaba estableciendo, Él actuó de una manera tal que fuera abundantemente claro que Su Nueva Ley era una cuestión de hecho:
Él llama a apóstoles incultos en la Ley Él perdona a los pecadores casi exclusivamente Él condena la ortodoxia religiosa (Fariseos) Sus enseñanzas y parábolas muestran ejemplos de la Nueva Ley Él quebranta la Ley Antigua
Si Cristo se hubiese preocupado por perpetuar la Ley Antigua, ¿no habría escogido Él todos sus apóstoles de entre los Fariseos y Saduceos, que eran rígidos en su confirmación de la Ley? En cambio, la elección de hombres de Jesús es el completo opuesto de semejante escenario. Sus apóstoles son pescadores, recaudadores de impuestos, y luchadores rebeldes, difícilmente aquellos que serían los mejores para enseñar adhesión a la Ley Antigua.
Además, quién puede contradecir los Evangelios que relatan cómo Jesús perdona los pecados de paganos, personas inmundas, y pecadores empedernidos (Juan 5:1, Marcos 7:24, Marcos 8:22, Mateo 9:20). Si Dios estuviera tan interesado en rituales y observancias, ¿Se habría molestado Cristo con estas personas que obviamente no se adherían a la Ley Antigua? No, obviamente que no. Así que ¿qué tienen en común éstos "pecadores"? Ellos tienen fe, el único elemento necesario para nuestra unión con Dios. Por eso es que Jesús dice a aquellos a quienes sanó, "Tu fe te ha hecho bien."
Por supuesto, Jesús no sólo salva a los pecadores, Él también condena a aquellos que siguen la Ley sin preocupación por el Espíritu, y esto es muy importante. Las mismas personas que personifican la Ley Antigua son las personas para quienes Jesús reserva Sus condenaciones más amargas. En varios casos, Jesús denuncia a los Fariseos, que se enorgullecen de su adhesión estricta a la Ley.
"¿Cómo es que no entendéis que no os hablé de los panes? Pero guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos. Entonces entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos." - Mateo 16:11-12
Mateo y Lucas también relatan un discurso vehemente en el que Cristo denuncia a los Fariseos, y por implicancia, la Ley Antigua y sus observancias rituales, a las que ellos están tan dedicados:
"- Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando - También decís: ‘No es nada el que alguno jure por el altar; pero el que jura por la ofrenda que está sobre él, contrae obligación.’ ¡Ciegos!, porque ¿qué es más importante: la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? Por eso, el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él; y el que jura por el templo, jura por él y por el que en él habita; y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad [fe] …"
versos seleccionados de Mateo 23 (también ve Lucas 11:39-52)
La denuncia de Jesús sobre las acciones de los Fariseos no acaba allí. Él también hace un comentario sobre sus observancias (parte de la Ley Antigua) y cómo esas observancias no tienen poder para salvarlos. En la parábola del Cobrador de Impuestos [Publicano] y el Fariseo, el Cobrador de Impuestos, quien entiende que él es un pecador pero tiene fe en que Dios lo salvará, es justificado mientras el Fariseo que ayuna dos veces a la semana y diezma de todo lo que recibe, no obtiene ninguna justificación (Lucas 18:9-14).
Incluso las enseñanzas de Cristo, Sus parábolas, están llenas con la aplicación y celebración de la Nueva Ley. En la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:30-35), no es el sacerdote o el Levita -- firmes seguidores de la Ley Antigua -- quien ayuda al hombre que fue golpeado por ladrones. ¿Por qué no lo ayudaron ellos? Bien, si él se hubiera muerto [después] o ya estuviese muerto, el sacerdote y el Levita, siendo seguidores de la Ley, habrían tenido que sufrir un riguroso proceso de limpieza. Por supuesto, este "proceso," parte de la ley, no dejaba ningún lugar para la compasión. Por eso es que fue el Samaritano, alguien fuera de la Ley, quien ayudó al hombre desvalido. Cristo está mostrándonos aquí que el amor, obrando en nosotros a través del Espíritu Santo, es lo importante, no la adhesión a una Ley que pone la así llamada limpieza por sobre la compasión.
Con claridad, Jesús rescinde la prohibición contra ingerir alimentos juzgados como impuros por la Ley Antigua, porque la prohibición tiene cero oportunidades de hacer a alguien santo y bienvenido para Dios:
"Y llamando junto a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended: no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. " - Mateo 15:10-11
Por último, Jesús QUEBRANTARÁ ciertos mandatos de la Ley Antigua para mostrar que los rituales y observancias no son nada sin el Espíritu, que nos mueve de maneras inexplicables. Cristo espanta y enoja a los Fariseos en dos ocasiones, cuando Él desobedece la Ley que restringe el trabajo en el Sabát, una de las más veneradas de las Leyes. En un caso, Cristo sana a un hombre con una mano seca en el Sabát (Lucas 6:6-10, Marcos 3:1-5), y, en otro caso, Él permite a Sus apóstoles recoger y comer trigo en un campo en el Sabát (Lucas 6:1-5, Mateo 12:1-8). ¿Haría Jesús las tales cosas si la Ley Antigua era sacrosanta? Eso es dudoso. En cambio, es más probable que Él quería mostrar que la observancia significa poco si el corazón, el Espíritu, no es parte de la ecuación.
Entonces, están los que dicen, "¿Qué hay sobre la proclamación de Cristo que Él no vino a abolir a la ley y los profetas sino a cumplirlas?" (Mateo 5:17) Es verdad que Jesús dijo que ni una iota de la ley pasará de la Ley hasta que todo sea cumplido. Pero Jesús lo cumplió todo. Su vida, muerte, y resurrección cumplieron las profecías y trajeron a su conclusión el Antiguo Pacto, abriendo el camino para un Nuevo Pacto gobernado por una Nueva Ley. Así, cuando Cristo está hablando sobre que permanezca la Ley, él está diciendo a sus contemporáneos que ellos no verán un cambio mientras él esté vivo.

¿Significa esto que la Ley Antigua es inválida y nula?

Sin duda alguna, hemos mostrado que Dios, a través de Cristo, ha instituido una Nueva Ley. ¿Ahora qué? ¿Es toda la Ley Antigua inválida y nula? ¡Para Nada! Sabemos que cada uno de nosotros necesita seguir lo que es esencial en la Ley Antigua: los Diez Mandamientos. ¿Cómo sabemos esto? Jesús nos lo dijo. Cuando el abogado le pidió que nombrara el primer (es decir, el más importante) mandamiento, Jesús contestó:
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas."
- Mateo 22:37-40
Aquí, Cristo nos dice explícitamente que las leyes que necesitamos seguir son aquellas que tratan del amor a Dios y el amor a nuestro vecino. Por consiguiente, Él está diciéndonos que continuemos practicando el código moral (los Diez Mandamientos), pero que lo hagas porque eres motivado por amor y espíritu en lugar del miedo al castigo.
De hecho, Jesús no sólo nos dice que la única parte de la Ley que es requisito es el Decálogo (Diez Mandamientos), Él también toma esos mandamientos y nos da una nueva comprensión, basada en su Nueva Ley de amor y fe. Él muestra que no es suficiente seguir la letra de la Ley, también hay un Espíritu subyacente:
"Habéis oído que se dijo a los antepasados: "No matarás" y: "Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte." Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que [insulte] a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: "Idiota", será reo del infierno de fuego. " - Mateo 5:21-22 (también ve versos 23-48)

Conclusión:
La Nueva Ley


Es verdad que tenemos una Nueva Ley que tanto cumple como abroga la Ley Antigua, al elevar el código moral (los Diez Mandamientos) y rescindir los rituales y observancias. Por lo tanto, no estamos limitados por ciertas Leyes, como aquellas que requieren nuestra circuncisión o la abstinencia de ciertas comidas. Resulta bastante obvio que la prohibición contra los tatuajes en Levítico también es una de esas Leyes. Es tan simple como eso.
El Contexto de 1 Corintios 6:19 - Tu Cuerpo como un Templo
Por supuesto, a los opositores al tatuaje también les gusta enfatizar estas palabras de San Pablo:
"¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo ..." - 1 Corintios 6:19-20
Desgraciadamente, los antagonistas del tatuaje no han leído este verso en su contexto. Aquí San Pablo no se está oponiendo a los tatuajes sino que está advirtiendo a los residentes de Corinto sobre los peligros de la promiscuidad sexual, sobre todo en la práctica pagana de tener relaciones sexuales con prostitutas rituales. Para poner esto en perspectiva, Corinto durante el tiempo de San Pablo era una próspera Metrópoli, una ciudad rica con dos puertos. Una de sus atracciones principales era un grandioso templo dedicado a la Diosa Griega del Amor, Afrodita. Miles de prostitutas rituales, usadas en la celebración a Afrodita, se congregaban alrededor del templo. Ya que una parte considerable de la recientemente formada comunidad Cristiana en Corinto era de origen pagano, el uso de prostitutas rituales era un hábito que debía ser roto. En su carta a los Corintios, San Pablo muestra que nosotros pertenecemos a Dios, traídos a través del sacrificio Su Hijo de Jesucristo, y que fornicar con prostitutas rituales es equivalente a entregar sacrificio a los dioses falsos. Él también está mostrando que la inmoralidad sexual es un pecado contra el cuerpo que aloja al Espíritu Santo; en esencia, la inmoralidad sexual es un pecado cometido directamente contra Dios. Es interesante notar que en todo esto, en ninguna parte es mencionado el tatuaje.
Imágenes de tatuaje en la Biblia
Nosotros sabemos que el tatuaje religioso antes del tiempo de Cristo era común para casi todos excepto el pueblo Judío (de otro modo no veríamos la prohibición en Levítico 19:28).
Y aunque no hay ninguna referencia escrita en la que se nos diga "hazte tatuajes," hay varios versos en los que los escritores, quienes creemos estaban inspirados por el Espíritu Santo, hacen alusiones a los tatuajes o usan tatuajes como metáforas. Esto nos lleva creer que tatuar era una parte reconocida de la vida. ¿Por qué? Bien, si semejante asunto fuera tabú o contra la Ley, ¿Se justificaría su uso como una alusión o metáfora?

Abajo hay algunos versos que creo que pueden mostrar una aceptación o reconocimiento de los tatuajes.
"Y te será como una señal en tu mano, y como un recordatorio en tu frente, para que la ley del Señor esté en tu boca." - Exodo 13:9
"Será, pues, como una señal en tu mano y como insignias entre tus ojos; porque con mano fuerte nos sacó el Señor de Egipto." - Exodo 13:16
En estas dos citas del Éxodo, Dios está diciéndole a su pueblo que mientras muchos -- sobre todo paganos -- usan tatuajes y tótemes religiosos, Él les dará algo mayor a los Judíos: una celebración del día en que fueron salvados y sacados de Egipto. Para los Judíos, ésta será su única marca. Esto parece contradecir nuestra posición. Sin embargo, los versos muestran que los tatuajes eran un aspecto normal de la sociedad. Dios nunca le dice al pueblo que tatuarse es malo o inmoral. Él ni siquiera dice que deben dejar de hacerlo. Sólo les dice que Él los hará diferentes a todos los demás a través de sus celebraciones.
"Este dirá: ‘Yo soy del Señor,’ otro invocará el nombre de Jacob, y otro escribirá en su mano: ‘Del Señor soy’ y se llamará con el nombre de Israel. " - Isaiías 44:5
"He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado; tus muros están constantemente delante de mí. " - Isaías 49:16
Aquí Isaías está hablando la palabra de Dios a las minorías más conscientes de Israel que, durante su destierro, están preocupadas por llegar a perderse entre los paganos de Babilonia. A través de Isaías, Dios le recuerda a Su pueblo que nunca se olvidará de ellos porque Él los ama, y como prueba de que nunca los abandonará, les dice a los Judíos que Él ha grabado [tallado ... escrito permanentemente] en sus manos un recordatorio para salvarlos.
"y el Señor le dijo: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y pon una señal en la frente de los hombres que gimen y se lamentan por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella. " - Ezequiel 9:4
La marca en este verso se refiere a la letra T o la letra Hebrea Tau que aparece como la forma de una cruz, y que fue pintada con la sangre de cordero en el umbral de la puerta para salvar el "remanente" de Israel, cuando Dios barrió con todos los primogénitos de Egipto durante la última plaga. En este caso, la marca se pondrá en los creyentes que están entristecidos por los pecados cometidos en Jerusalén.
"De aquí en adelante nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús." - Gálatas 6:17
Aquí, San Pablo probablemente está discutiendo las palizas y castigos que soportó por causa del Evangelio de Cristo (ve 2 Cor. 11:24-28). Éste es un derechazo dirigido a aquellos que creen que están justificados a través de otras marcas, es decir, la circuncisión. Innegable, sin embargo, es la imagen del tatuaje. Las señales de marca son lo que los Romanos dueños de esclavos tatuaban en su enseres para mostrar a quién pertenecían.
"Y vi a otro ángel que subía de donde sale el sol y que tenía el sello del Dios vivo; y gritó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se les había concedido hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño, ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro Dios." - Apocalipsis 7:2-3
"Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES." - Apocalipsis 19:16
Este último verso de Apocalipsis es parte de la profecía de Juan sobre la destrucción del Imperio Romano y los ejércitos romanos hasta entonces invencibles. El verso muestra a Cristo como el "Amo del Universo" cuyo nombre, que es la Palabra de Dios (y, en esencia, todo), es más que sólo un título en una vestidura real. En cambio, es algo que pertenece a Jesús solamente y está unido intrínsecamente a Él quién es Señor de todo ... a través de una marca única en su cuerpo.
De nuevo, quiero enfatizar que estos versos no muestran que Dios avala los tatuajes, sino que los tatuajes eran una parte aceptada de la sociedad durante la era bíblica y que hay poca evidencia para mostrar que Dios explícitamente desaprueba los tatuajes.

Nuestro Deber de Evangelizar
Finalmente, es importante que los Cristianos comprendan que Jesús no quiere que escondamos nuestra fe o guardemos nuestra fe para nosotros. Todo los contrario. Él nos ordena que hagamos todo lo que esté en nuestro poder para hacer saber a nuestros hermanos y hermanas la única verdadera Palabra, las Buenas Noticias:
"Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo." - Mateo 28:19
"Lo que os digo en la oscuridad, habladlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas." - Mateo 10:27
De hecho, aun cuando quisiéramos guardarlo para nosotros mismos (por razones egoístas o por miedo a la persecución), una vez que el Espíritu nos mueve, no podemos quedarnos callados mucho tiempo:
"Nadie, cuando enciende una lámpara, la pone en un sótano, ni debajo de un almud, sino sobre el candelero, para que los que entren vean la luz." - Lucas 11:33
Así, ya sea que elijamos tablas de piedra o tatuajes, Dios, a través del Espíritu Santo, nos permite descubrir las maneras diferentes y dinámicas en que permitamos a otros saber de Él. Una cosa es cierta, sin embargo: como Cristianos, necesitamos proclamar totalmente nuestras creencias, todos los días de nuestras vidas.

Conclusión
Está más allá de toda duda que los tatuajes NO son pecaminosos y que los Cristianos que expresan su fe con un poco de tinta bajo su piel no han sucumbido a las supercherías de Satanás (por lo menos, no debido a los tatuajes). Aún así, recordemos que sólo porque se nos permite ser tatuados, no significa que esto es lo mejor para todos. San Pablo nos dice que debemos tener cuidado que nuestras acciones no alejen a otros de la fe:
"No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. En realidad, todas las cosas son limpias, pero son malas para el hombre que escandaliza a otro al comer. Es mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece." - Romanos 14:20-21
Con eso en mente, oremos por que, a través de la intercesión del Espíritu Santo, cada uno de nosotros pueda entender la intención de Dios para nosotros, y si esa profesión incluye o no un poco de tinta permanente bajo nuestra piel.

Tomado de www.pateandogusanos.com

Nota del editor del blog:
Aunque no estamos de acuerdo con algunas expresiones mencionadas en este articulo, nos parece muy interesante su contenido.

No hay comentarios: