Navidad nuevamente en medio de
un mundo conmocionado por las guerras y cada vez más y más alejado de Dios.
A lo largo de la historia, el
diablo siempre ha buscado formas de poner sustitutos a Jesús, tratando de
desviar la atención de las personas y llevarlos a adorar a ídolos inútiles que
solo buscan guiar a las personas a un camino de perdición. Y tristemente eso es
lo que trata de hacer en Navidad, distrayéndonos del verdadero significado de
estas fiestas y tratando de que nos perdamos en una vorágine de comercialidad
envuelta en regalos de la cual todos se contagian.
Las 5 etapas en la vida de
Jesús que debemos de recordar y que creo no podemos separar una de la otra son:
Nacimiento
Preparación
Ministerio
Pasión y Muerte
Resurrección.
Tengamos esto en mente y no perdamos la vista del real propósito de estas festividades. No sé si viene al caso, pero alguien en la Iglesia me hizo recordar que en los himnos navideños se encuentra el mensaje de la Navidad fuerte y claro, no sería mala idea poder escucharlos, analizar su letra y entenderlos en su profundidad.
Feliz Navidad y los dejo con dos versículos que me gustan mucho.
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Miqueas 5:2
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado estará sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9:6).
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