Diana Spencer era una
muchacha de clase media alta que tenía cierta conexión con la realeza
británica, pero vivía una vida tranquila estudiando y trabajando. Durante su vida había tenido problemas
familiares por la separación de sus padres y eso marco su vida. Ella seguía
adelante, pero el encuentro con el enigmático Príncipe Carlos marco su vida,
pero tristemente no de la manera correcta.
Nunca entenderemos cual
fue la razón del Príncipe Carlos en acercarse a Diana, pues sabía desde antes
de conocerla que su verdadero amor era Camila Bowles, solo que en ese tiempo le
era imposible de tener una relación con ella.
Tal vez frustrado y herido por la muerte de su segundo padre Lord Mountbatten
siguió el consejo de su familia y busco a una joven a quien amar y con la cual
hacer una descendencia. Probablemente al
principio sus motivaciones fueran las correctas. Pero nadie sabe la verdad ni
lo que pasaba por la cabeza de esta conflictuada alma.
Diana tuvo todas las
pistas en la mano antes de casarse, pero decidió dar el paso hacia adelante y
su vida fue sellada para siempre con esta decisión. Mientras se preparaba
para despedirse de su vida privada, él le dijo: "Solo quiero que sepas que
esta es la última noche de libertad en el resto de tu vida, así que aprovéchala
al máximo"
Su vida fue miserable casi
desde el primer día de su matrimonio ante la indiferencia de Carlos y el desde
de la familia real que no hacia nada por tratar de ayudarla:
“Eran gritos desesperados
de ayuda. Yo solo necesitaba tiempo para adaptarme a mi nueva posición”. Un
amigo que vio cómo su relación se deterioraba señala el desinterés y la total
falta de respeto del príncipe Carlos hacia ella en un momento en que Diana
necesitaba ayuda con urgencia. Su indiferencia la empujó hasta el límite, mientras
que él podría haberla enamorado hasta el fin del mundo. Podrían haber
incendiado el mundo. Sin culpa propia, debido a su propia ignorancia, educación
y falta de una relación completa. con cualquiera en su vida, inculcó este odio
hacia ella misma.
Finalmente, luego de tener
dos hijos con Carlos William y Harry, y de sufrir en silencio por muchos años,
Diana decide levantarse como el ave fénix y seguir adelante, trata de salvar su
matrimonio, pero ante la imposibilidad de ello y sin ver otra salida decide
tomar la decisión de optar por el divorcio. Todo un escandalo para la familia
real, pero la situación era insostenible. Luego de un tiempo de tratar de hacer
una carrera publica y entendiendo los problemas que esto le atraía, decide
retirarse de la vida pública:
Su retiro le daría una
oportunidad muy necesaria para reflexionar y reenfocarse. Si la separación le
había traído la esperanza de una nueva vida, su retiro de los deberes reales le
daría la oportunidad de traducir esa esperanza en una nueva y vibrante carrera,
una que emplearía al máximo sus indudables dones de compasión y cuidado en un
ámbito más amplio., escenario internacional.
“He aprendido mucho en los
últimos años. De ahora en adelante voy a ser dueña de mí misma y ser fiel a mí
misma. Ya no quiero vivir la idea de otra persona de qué y quién debo ser. Voy
a ser yo.
En la ultima etapa de su
vida consiguió un trabajo ayudando al Primer Ministro Tony Blair y trato de
vivir una vida mas tranquila, lejos del glamour. Encontró el amor nuevamente en
la figura de Dodi Alfayed un alma que había experimentado en su vida, a saber,
la muerte de su madre, a quien adoraba, y de varios otros parientes cercanos.
Esta combinación de sufrimiento y sensibilidad atrajo a Diana, quien reaccionó
con un reflejo intuitivo cuando veía el dolor en los demás.
Por alguna curiosa
alquimia, el público sintió esta transformación, que este barco solitario,
vulnerable y sin timón había encontrado, por fin, un ancla reconfortante en la
vida, un puerto seguro al que huir de los peligros de las profundidades.
Durante unos breves días, disfrutó de ese estado de gracia en una existencia
tormentosa. Entonces los cielos se abrieron y la reclamaron.
Diana, princesa de Gales,
como una de las figuras más influyentes de esta época o de cualquier otra.
Mientras haya poetas, dramaturgos y hombres con corazones que romper, se
contarán historias de la princesa que murió al otro lado del agua y regresó a
casa para ser coronada reina, la reina de todos nuestros corazones. Diana,
Princesa de Gales. Ella escribió poesía en nuestras almas. Y nos hizo cuestionarnos.
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