De viaje en Tapacocha Ancash por primera vez predicando
la Palabra de Dios en un pueblo bastante duro, pero como dice la Biblia para
Dios no hay nada imposible y este pueblo de todas formas se tenía que abrir al
evangelio.
Fue un viaje complicado pues los misioneros eran de Ohio
y fue bastante complicado entenderlos ,pero con la ayuda de Dios todo se puede así
que finalmente esa barrera se rompió, otra cosa difícil fue el pueblo en si
pues tristemente muchos de sus habitantes se dedicaban a la bebida y eso era
bastante triste.
Básicamente lo que hacíamos en la semana era tratar de
jugar con los niños y por allí hablar con algún adulto y gracias a Dios esa
semana hubo un festival de juegos entre pueblos así que muchas personas de otros
pueblos vinieron y se pudieron abrir nexos para en futuras oportunidades
visitar esos pueblos.
Los creyentes eran pocos y básicamente se reunían a veces
para los estudios bíblicos, pero tuvimos la oportunidad de ir a otro pueblo
llamado Cotaparaco en donde se reunían los hermanos cuatro veces a la semana y
estuvimos en una de sus reuniones y fue algo que quedo grabado en nuestros
corazones y el mejor momento del viaje de lejos.
Es triste ver como los adultos siempre son de corazón duro
para responder al evangelio, pero es hermoso ver como los niños tienen ese corazón
abierto para escuchar la Palabra de Dios, nunca me voy a olvidar de la conversación
que tuve con Jack acerca de Noé y me dijo que en su colegio se burlaban de él,
pero que el de todas formas les seguía contando a sus amigos acerca de Jesús. Sé
que este pueblo de a pocos irá abriendo sus ojos y que las reuniones que alii
hay darán sus frutos y los creyentes crecerán y alcanzaran al pueblo para
Cristo.
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