miércoles, 18 de mayo de 2011

Dinosaurios y la Biblia

Quien Dice que los dinosaurios no existieron:
Job 40:16-24

Mira a Behemot,[a] criatura mía igual que tú,
que se alimenta de hierba, como los bueyes.
16 ¡Cuánta fuerza hay en sus lomos!
¡Su poder está en los músculos de su vientre!
17 Su rabo se mece como un cedro;
los tendones de sus muslos se entrelazan.
18 Sus huesos son como barras de bronce;
sus piernas parecen barrotes de hierro.
19 Entre mis obras ocupa el primer lugar,
sólo yo, su Hacedor, puedo acercármele con la espada.
20 Los montes le brindan sus frutos;
allí juguetean todos los animales salvajes.
21 Debajo de los lotos se tiende a descansar;
se oculta entre los juncos del pantano.
22 Los lotos le brindan su sombra;
los álamos junto al río lo envuelven.
23 Vacía un río entero sin apresurarse;
con toda calma se traga el Jordán.[b]
24 ¿Quién ante sus ojos se atreve a capturarlo?
¿Quién puede atraparlo y perforarle la nariz?

La descripción no concuerda con la de un Hipopótamo, se refiere a un animal mucho más grande.

Job 41:18-21
18 Resopla y lanza deslumbrantes relámpagos;
sus ojos se parecen a los rayos de la aurora.
19 Ascuas de fuego brotan de su hocico;
chispas de lumbre salen disparadas.
20 Lanza humo por la nariz,
como olla hirviendo sobre un fuego de juncos.
21 Con su aliento enciende los carbones,
y lanza fuego por la boca.

El Leviatán tampoco concuerda con el cocodrilo

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