Todos los que han pecado sin conocer la ley también
perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley por la ley
serán juzgados.
En el segundo capitulo de Romanos se nos da la evidencia de
que nadie está libre del juicio de Dios, todos serán juzgados de una forma u
otra, los Judíos según su ley.
Pero los gentiles también serán juzgados por su conciencia
(La ley escrita en sus corazones) la que le dice que es lo que esta bien y que
esta mal, pero que muchas veces no quiere escuchar. El compas moral de las
personas que nunca han escuchado la palabra de Dios es su conciencia. Esta dará
testimonio en su contra en el día del juicio.
La evidencia de la justicia de Dios es encontrada en la
obra de Dios en nuestros corazones, el cual se muestra en el fruto.
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El Juicio de
Dios es según verdad (Romanos 2:2)
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El juicio de
Dios es de acuerdo a la culpa acumulada (Romanos 2:5)
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El juicio de
Dios es de acuerdo a las obras (Romanos 2:6)
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El juicio de
Dios es sin acepción (Romanos 2:11)
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El juicio de
Dios es de acuerdo a los hechos, no al conocimiento (Romanos 2:13)
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El juicio de
Dios alcanza los secretos del corazón (Romanos 2:16)
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El juicio de
Dios es de acuerdo a la realidad, no a profesiones religiosas (Romanos 2:17-29)
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