Este Congreso que fue elegido para darle tranquilidad al país no tuvo mejor idea que estafarnos y ver sus propios intereses, se avizoraba que nubes oscuras se percibían en el horizonte, trataron de vacar al Presidente una vez y no lo lograron, pero no se quedaron tranquilos con eso.
Basados en el artículo 113
Inciso 3 de la Constitución en donde se habla de vacancia por incapacidad
moral, cuando en realidad refiere a incapacidad mental, ellos lo leyeron como
les dio la gana, a su gusto e hicieron lo que quisieron, el Tc bien gracias
nunca lo escuchamos y la prensa internacional se rascaba la cabeza pensando
como podía ser tan fácil vacar a un Presidente en el Perú.
Pusieron al
impresentable de Manuel Merino un oportunista de turno, indigno del legado del
buen Belaunde y el gustoso se prestó para ser el títere perfecto que baile al
ritmo de la sinfonía del congreso que le dio la espalda a los peruanos en medio
de una crisis sin precedentes.
Pero el pueblo se dio
cuenta de que querían pasar por encima de ellos, abrieron los ojos y dijeron
BASTA, empezaron a marchar primero en el Centro de Lima, luego en las
provincias, luego en diferentes puntos de Lima, la primera marcha fue un éxito,
vendrían otras y llegaría el fatídico sábado 14 de noviembre, un día que será tristemente
recordado por todos los peruanos.
La calle no dejaba de
hacerse sentir, marchas por aquí, marchas por allá, ya la policía había mostrado
demasiada brutalidad a la hora de reprimir a los manifestantes, las redes eran
un loquerio y las autoridades brillaban por su ausencia.
Al promediar las 11 de
la noche nos enteráramos que dos jóvenes habían fallecido y lamentablemente se
tuvo que esperar a eso para que recién las autoridades abran los ojos, las
redes colapsaban con mensajes pidiendo la renuncia del presidente, la policía seguía
reprimiendo de forma brutal, los ministros empezaban a abandonar el barco de
uno a uno sistemáticamente, pero el señor Merino ni sobra de donde andaría.
El premier Antero Flores
sale a dar declaraciones, pero no sabía ni donde estaba parado, los periodistas
se lo comieron con zapatos y todo, el premier y sale diciendo que ni el conocía
donde estaba Merino.
Avanzaba la noche y por
allí salió Merino, pero bien escondido en una reunión con sus ministros, pero
no daba la cara, nada de nada.
Al día siguiente la
incertidumbre continuaba, nadie sabía dónde andaba Merino, Antero seguía declarando,
pero parecía que la edad le estaba afectando, hasta que al final se pronunció
el congreso bastante tarde emplazando a Merino a irse por las buenas o las
malas.
Finalmente aparece el
señor Merino en un discurso que se lo armaron y del cual se pasó leyendo como
un robot sin al parecer saber que decía, se fue sin pena ni gloria, cayo un peón
del congreso, pero aun la cosa esta lejos de terminar. El pueblo sigue en las
calles, exigiendo que el congreso de un paso al costado porque traicionaron al
pueblo poniendo primero su agenda, y eso no se perdona.
Esperemos que Dios
tenga misericordia de nosotros y que quien se siente en la silla Presidencial
sea alguien que gobierno para beneficio del pueblo y que lo dejen trabajar….
Estamos hartos de tanta basura.
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