Durante cinco
décadas, Colombia ha luchado contra los insurgentes marxistas. Los combates aún
resuenan en las zonas de conflicto, pero eso no detiene a un mensajero de paz.
En una película
titulada “La Montaña”, un actor representa al misionero
Martin Stendall en una de sus salidas.
Durante muchos años,
Stendall ha llevado literatura cristiana a los guerrilleros, a paramilitares y
al ejército. Él se ha convertido en amigo de todos. Sus emisoras y miles de
radios solares, le abren el camino.
“Hay zonas de
conflicto en Colombia donde no es posible tener edificios de iglesia, donde no
es posible tener cultos establecidos, donde no es posible hacer labores
tradicionales de evangelista o misionero. Y nosotros tenemos programas de radio
dirigidos a esas zonas. Radios solares fijos en nuestras frecuencias que
lanzamos en paracaídas desde el avión. También penetramos estos sitios con
Biblias y con libros y con otro material cristianos”, dijo Russell Stendall, de
Colombia para Cristo.
Stendall ha
regalado más de 120.000 radios solares.
El periodista
Darío Silva ha seguido el conflicto por muchos años. Ahora es pastor de una de
las iglesias grandes de Bogotá.
La iglesia envía
ayuda periódica a familias rurales, pero Silva dice que existe una brecha entre
las grandes iglesias colombianas y los creyentes aislados y perseguidos del
país.
“Las iglesias
tienen la tendencia, sobre todo las ‘mega church’, de ser muy Laodicea. Lo
tengo todo. Que rico soy. ¿No es cierto? Pero no se dan cuenta de los problemas
que atraviesan otros hermanos”, explicó Silva.
Silva agrega que
pese a las dificultades y la persecución, el evangelio ha llegado a los
rincones más apartados del país. Él recuerda la queja de un líder guerrillero:
“Es que ustedes
los evangélicos son el problema más grande que tenemos. Porque nosotros
llegamos a un sitio apartado del país, donde no hay luz eléctrica, ni
acueducto, ni carreteras, ni transporte, ni casa cural, ni siquiera una
autoridad política, y siempre hay un loco con un libro negra bajo el brazo
predicando a Jesús”, indicó Silva.
En las montañas
y selvas del suroeste de Colombia la guerrilla todavía está expulsando a
creyentes, destruyendo iglesias, y asesinando a pastores. Puertas Abiertas
Internacional dice que más pastores han sido asesinados ahí en Colombia que en
cualquier otro país democrático del mundo.
En una zona
selvática luchaba el guerrillero Helmer, el temido comandante Jerónimo, de las
FARC.
“Llegando a ser
comandante en el Cauca descargué todo ese ateísmo en contra del pueblo de Dios.
Expulsando pastores, cerrando iglesias, matando evangélicos porque no hacían
caso a lo que nosotros queríamos que ellos hicieran que era negar a Jesucristo,
negar a Dios”, aseveró Helmer.
Pero tras años
de perseguir a los cristianos, se dio cuenta que había fracasado.
“Entre yo más
les persigo, ellos más crecen, mas resisten, mas fructifican. Entonces yo me
decía, ‘Pero, ¿cómo? Si yo los estoy tratando de acabar y ellos crecen más, se
multiplican y avanzan mucho'”, señaló Helmer.
Hoy, su arma es
una Biblia, e invita a todos a seguir las enseñanzas Jesucristo en vez de
seguir las doctrinas de Carlos Marx.
Tantos se han
convertido a Cristo que el rumbo del conflicto está cambiando. Stendall asegura
que hasta cien mil, o un diez por ciento de los combatientes, ahora son
seguidores de Jesús.
“Estamos
hablando de más o menos un millón de hombres y mujeres directamente metidos en
el conflicto. Y como hemos repartido radios solares a cien mil de ellos, que lo
han solicitado porque quieren un discipulado profundo en la palabra de Dios, de
ahí sacamos el numero de cien mil”, dijo Stendall.
Los cristianos
indígenas también están ganando almas. Alvaro Dagua, de la etnia Guambiana,
dirige dos emisoras de radio cristianas.
“Porque yo fui
un producto de una radio. Una radio me evangelizó. Una radio me discipuló. Y
una radio me inspiró”, indicó Dagua.
Durante la
reciente conferencia COICOM en Cali, Dagua y otros guambianos expresaron su
deseo de ir más allá de su propia tribu.
“Si tu entras
tres días a pie en una selva virgen vas a encontrar a la etnia Aguá que no han
sido civilizados. Entonces queremos llegar allá con la emisora, con la palabra
de Dios. Que la etnia Aguá pueda poblar en el reino de los cielos”, aseveró
Dagua.
Muchos esperan
que las negociaciones en Cuba, entre las FARC y el gobierno colombiano, puedan
poner fin a cincuenta años de conflicto en Colombia. Mientras tanto, pastores y
evangelistas siguen usando la radio, literatura y otros medios para promover la
paz de Cristo en las zonas de combate, reduciendo el conflicto con cada vida
cambiada.
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