lunes, 8 de noviembre de 2010

No te Metas en la Boca del Lobo


Muchas veces nos creemos los súper espirituales y pensamos que ninguna tentación nos puede hacer caer, creemos que lo podemos manejar y no recibimos los consejos de las personas que nos aman y al final terminamos o bien cayendo o quizás salvándonos con las justas, cuando lo pudimos haber evitado.
Proverbios 3:5 nos dice: Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.

Esto quiere decir que confiemos en Dios, muchas veces cuando pensamos que lo tenemos todo bajo control o cuando bajamos la guardia por tan solo un segundo es justo en ese preciso instante que viene el diablo y te mete dos ganchos directos al rostro.

Con todo esto me refiero por supuesto a las tentaciones, las personas son diferentes y cada quien tiene su talón de Aquiles, quizás para algunos sea el licor, para otros el sexo y para otros el dinero. El punto al que quiero llegar es que a veces somos muy necios y aun cuando sabemos nuestras debilidades nos metemos justo a ese terreno es como a alguien que tiene debilidad por el alcohol lo pongan a trabajar en una licorería.

Básicamente lo que quiero dar a entender es que tratemos en la medida del lo posible de no meternos en la boca del lobo, no pensar que podemos entrar y salir ilesos, si pensamos así desgraciadamente nos podemos ir de cara y por un desliz, por creer que “yo lo puedo resistir” podemos no solo caer sino perder todas las cosas que hasta aquí habíamos conseguido con Dios como por ejemplo un liderazgo o la confianza de las personas.

Espero haber sido claro y la próxima vez que queramos meternos en terreno minado, primero examinemos bien todo lo que podemos perder y sobretodo no defraudemos la confianza que Dios ha puesto sobre nosotros.

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