lunes, 13 de mayo de 2024

Un Pequeño Tributo a mis Abuelos Maternos

 

Él secará todas sus lágrimas, y ya no habrá muerte ni sufrimiento, ni llanto, ni dolor, porque el mundo que existía antes ya desapareció.

Hoy recordando el día de las madres, quería hacer un ejercicio de memoria y recordar a la mejor de todas, y no lo digo yo, lo dice todo el mundo que la conocía, ella era única y aunque han pasado muchos años, su memoria queda impregnada cual tatuaje en mi corazón.

Es increíble como pasa el tiempo, imaginaste que ya pasaron casi 20 años desde que te fuiste, supongo que, como estas en el cielo, el tiempo por allá no debe de pasar tan rápido.

Sabes por aquí han pasado muchas cosas desde que te fuiste, ha habido bastantes que te han seguido los pasos, y, por otro lado, hay bastante familia nueva que te falto conocer, siempre pensé que te fuiste muy rápido.

Mi deseo siempre fue poder engreírte, en ese tiempo se me hacía complicado porque no trabajaba, pero hasta ahora me pregunto, porque no pudiste quedarte más tiempo, de verdad te hubiera dado lo que hubieras pedido, pero por algo pasan las cosas y no podemos ser egoístas. A veces queremos que los seres que amamos estén más tiempo, pero sé que estas mucho mejor.

Eras la mejor, no olvido las historias que nos contabas, lo fenomenal que cocinabas, sentada en el sillón tejiendo, en tu cuarto viendo Telematch o El pecado de Oyuki, o cuando te parabas cual fantasma en la ventana contemplando la calle o esperando a que los que faltaran llegaran a casa, rara vez salías a la calle y siempre con tu vestido morado a cuadros si la memoria no me falla, pucha que miedo… Me olvido de las cosas.

Nosotros siempre nos preguntábamos por ese enigmático ropero donde cualquier cosa imaginable podía salir, juguetes, dulces, etc. Siempre preparada para darnos algo, como hubiera querido retribuirte de alguna forma por todo lo que hiciste.

Ese baúl también era una reliquia que guardaba muchas sorpresas, en realidad eras una caja de sorpresas.

Era necesario hace mucho, hacer este ejercicio recordándote, a veces los recuerdos son los que atesoramos más, pues están en un lugar de nuestro ser al que nadie puede acceder y por ende nadie puede arrebatarnos.

No se si te hubiera gustado este mundo loco en el que vivimos hoy, y aunque te recuerdo y extraño, siempre tengo en mi mente el recuerdo de que estas en un lugar mejor y que algún día nos volveremos a ver y nos pondremos al día.

No te preocupes, pues Dios es bueno y nos ha ido protegiendo a lo largo de todos estos años y sabemos que lo seguirá haciendo.

Para terminar, espero que esto que acabo de escribir corra por allí y todos lo lean, te recuerden y vean lo asombrosa que fuiste, una maravillosa mujer que piso la tierra, derramo amor, dejo una gran dinastía y un gran legado muy difícil de igualar.

Bueno, perdón si me extendí demasiado, ya que estoy escribiendo, aprovecho para pedirte que le mandes un saludo a todos los que se adelantaron y que veas por allá. T amo.

 

Te Recuerdo…

Como aquel noble caballero de pelo gris que me llevaba de la mano a comprar mis figuras cuando era niño

Como aquel personaje que se sentaba siempre en el sillón del medio a leer su periódico cruzado de piernas

Como aquella persona que yacía durmiendo tapado con su pañuelo en la cara siempre temprano

Como el cocinero que freía el pellejo del chicharrón y se lo comía como si nada

Como aquel carpintero que trabajaba en la azotea en donde tenía su taller

Como aquel personaje que trataba de llegar de incognito por la mañana siempre trayendo algo bajo el brazo para no ser resondrado.

Como esa persona que siempre le gustaba tomar su traguito y brindar con los suyos

Como aquel que se paraba siempre en las reuniones y daba su discurso conmovedor hasta las lagrimas

Como el eterno bromista del cual todos eran objeto de sus bromas

Como aquel a quien era realmente difícil verlo molesto

Como el receptor de uno de los más maravillosos milagros que haya podido presenciar.

Como aquel que se sentaba a la mesa y siempre comía todo lo que le ponían al frente.

Como aquel a quien siempre le gustaba invitar a los demás aun a pesar de que no hubiera nada que invitar.

Como quien salía al balcón y se despedía de los suyos pañuelo en mano

Como esa figura siempre sentada en su sillón en los últimos años de tu paso por esta tierra

Y tengo muchos otros recuerdos más, nunca te olvidare y siempre tendrás un lugar especial en mi corazón.

Hasta pronto, no es una despedida, es tan solo un adiós.

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