Él secará todas sus lágrimas, y ya no habrá muerte ni sufrimiento, ni llanto, ni dolor, porque el mundo que existía antes ya desapareció.
Hoy recordando el día de las madres, quería hacer un ejercicio de
memoria y recordar a la mejor de todas, y no lo digo yo, lo dice todo el mundo
que la conocía, ella era única y aunque han pasado muchos años, su memoria
queda impregnada cual tatuaje en mi corazón.
Es increíble como pasa el tiempo, imaginaste que ya pasaron casi 20 años
desde que te fuiste, supongo que, como estas en el cielo, el tiempo por allá no
debe de pasar tan rápido.
Sabes por aquí han pasado muchas cosas desde que te fuiste, ha habido
bastantes que te han seguido los pasos, y, por otro lado, hay bastante familia
nueva que te falto conocer, siempre pensé que te fuiste muy rápido.
Mi deseo siempre fue poder engreírte, en ese tiempo se me hacía
complicado porque no trabajaba, pero hasta ahora me pregunto, porque no pudiste
quedarte más tiempo, de verdad te hubiera dado lo que hubieras pedido, pero por
algo pasan las cosas y no podemos ser egoístas. A veces queremos que los seres
que amamos estén más tiempo, pero sé que estas mucho mejor.
Eras la mejor, no olvido las historias que nos contabas, lo fenomenal
que cocinabas, sentada en el sillón tejiendo, en tu cuarto viendo Telematch o
El pecado de Oyuki, o cuando te parabas cual fantasma en la ventana
contemplando la calle o esperando a que los que faltaran llegaran a casa, rara
vez salías a la calle y siempre con tu vestido morado a cuadros si la memoria
no me falla, pucha que miedo… Me olvido de las cosas.
Nosotros siempre nos preguntábamos por ese enigmático ropero donde
cualquier cosa imaginable podía salir, juguetes, dulces, etc. Siempre preparada
para darnos algo, como hubiera querido retribuirte de alguna forma por todo lo
que hiciste.
Ese baúl también era una reliquia que guardaba muchas sorpresas, en
realidad eras una caja de sorpresas.
Era necesario hace mucho, hacer este ejercicio recordándote, a veces los
recuerdos son los que atesoramos más, pues están en un lugar de nuestro ser al
que nadie puede acceder y por ende nadie puede arrebatarnos.
No se si te hubiera gustado este mundo loco en el que vivimos hoy, y
aunque te recuerdo y extraño, siempre tengo en mi mente el recuerdo de que
estas en un lugar mejor y que algún día nos volveremos a ver y nos pondremos al
día.
No te preocupes, pues Dios es bueno y nos ha ido protegiendo a lo largo
de todos estos años y sabemos que lo seguirá haciendo.
Para terminar, espero que esto que acabo de escribir corra por allí y
todos lo lean, te recuerden y vean lo asombrosa que fuiste, una maravillosa
mujer que piso la tierra, derramo amor, dejo una gran dinastía y un gran legado
muy difícil de igualar.
Bueno, perdón si me extendí demasiado, ya que estoy escribiendo,
aprovecho para pedirte que le mandes un saludo a todos los que se adelantaron y
que veas por allá. T amo.
Te
Recuerdo…
Como aquel noble caballero de pelo gris que me llevaba de la mano a comprar mis figuras cuando era niño
Como aquel personaje que se sentaba siempre en el sillón del medio a leer su periódico cruzado de piernas
Como aquella persona que yacía durmiendo tapado con su pañuelo en la cara siempre temprano
Como el cocinero que freía el pellejo del chicharrón y se lo comía como si nada
Como aquel carpintero que trabajaba en la azotea en donde tenía su taller
Como aquel personaje que trataba de llegar de incognito por la mañana siempre trayendo algo bajo el brazo para no ser resondrado.
Como esa persona que siempre le gustaba tomar su traguito y brindar con los suyos
Como aquel que se paraba siempre en las reuniones y daba su discurso conmovedor hasta las lagrimas
Como el eterno bromista del cual todos eran objeto de sus bromas
Como aquel a quien era realmente difícil verlo molesto
Como el receptor de uno de los más maravillosos milagros que haya podido presenciar.
Como aquel que se sentaba a la mesa y siempre comía todo lo que le ponían al frente.
Como aquel a quien siempre le gustaba invitar a los demás aun a pesar de que no hubiera nada que invitar.
Como quien salía al balcón y se despedía de los suyos pañuelo en mano
Como esa figura siempre sentada en su sillón en los últimos años de tu paso por esta tierra
Y tengo muchos otros recuerdos más, nunca te olvidare y siempre tendrás un lugar especial en mi corazón.
Hasta pronto, no es una despedida, es tan solo un adiós.
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