martes, 18 de abril de 2023

El Ultimo Profeta y Sacerdote

 

¡Que el Señor y su ungido sean hoy testigos de que ustedes no me han hallado culpable de nada!

¡Que lo sean! fue la respuesta del pueblo.

1 Samuel 12:5


Samuel es uno de los personajes que más admiro en la Biblia, al mismo tiempo es uno que no se menciona mucho porque su vida nunca busco trascender ni ser reconocido, simplemente su objetivo era agradar a Dios cumpliendo su voluntad.

Su nacimiento fue todo un milagro, su madre Ana era estéril, le pidió a Dios por un hijo y le prometió consagrarlo a Él. Dios le concedió su petición y su madre le instruyo mientras estuvo con él en todo el consejo de Dios, luego lo dejaría en el Santuario para que sirviese allí y se dice que: “Por su parte, el niño Samuel seguía creciendo y ganándose el aprecio del Señor y de la gente”

Samuel no la tuvo fácil pues en su época el pueblo aún vivía bajo el lema de los Jueces: “En aquella época no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía mejor”. Llego a poner orden ya que el sacerdote Eli quien gobernaba en esa época no tenía la “mano dura” para hacerlo. Regreso el corazón del pueblo a Dios, escucho sus reclamos cuando estos pidieron Rey, ungió a Saul el primer Rey de Israel (quien no estuvo a la altura), se encargó de llamarle la atención, ungió a David (fue su maestro) y hasta se dio tiempo de formar una escuela de profetas. Samuel tenía muy claro su propósito de vida, escuchaba a Dios y no perdía tiempo.

A pesar de todas las dificultades que se le presentaron y que sus hijos no siguieron su ejemplo, no vemos a Samuel retroceder en su propósito. Es uno de los pocos personajes del cual no se nos dicen sus errores (que como todo hombre debió de tener.) Dios estaba contento con su ministerio y siempre lo respaldo. Que la vida de este gran profeta y sacerdote nos pueda enseñar que servir a Dios es lo mejor que podemos hacer con nuestras vidas, no hay mayor privilegio que este y que la obediencia a lo que nos dice es fundamental (Samuel fue obediente al destituir a Saul y también en lo concerniente a Amalec). Pero esto es lo que yo les puedo contar, ¿Por qué no revisan por ustedes mismos la vida de Samuel y dejan que Dios les hable a través de su vida? 



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