Las
noticias mundiales están llenas de informes de desastres, tanto naturales como
provocados por el hombre. Hay inundaciones, terremotos, volcanes activos,
revolución violenta, guerras, terrorismo. Según la profecía bíblica, que
siempre ha sido precisa, estas cosas no son más que un precursor menor de una
mayor devastación futura. La población mundial será diezmada, las economías
arruinadas y los recursos de gestión de desastres completamente abrumados. En
comparación, las guerras mundiales del siglo XX no fueron más que un
"paseo por el parque".
Este
tiempo de problemas sin precedentes ocurrirá en un período de siete años
llamado "el día del Señor" y "la gran tribulación". Es un
tiempo cuando Dios juzgará al mundo por su rebelión, un tiempo cuando el hombre
será humillado y Dios exaltado. Algunos de los aspectos más destacados son los
siguientes: una cuarta parte de la población de la tierra morirá en la guerra y
las hambrunas asociadas al comienzo de la tribulación (Ap. 6: 8). Una tercera
parte del mar se convertirá en sangre y un tercio de los barcos serán
destruidos (Re. 8: 7-9). Una tercera parte de las aguas se amargará (Ap.. 8:
10-11). Los ejércitos demoníacos atormentarán y matarán a los hombres
(Apocalipsis 9: 1-19), un tercio de la humanidad perecerá en este único juicio.
Un
gobernante del mundo malévolo ejercerá el control de una economía global,
obligando a todos los hombres a adorarlo y matará a los que se niegan (Ap. 13:
15-18). Los hombres serán quemados por un sol sobrecalentado y se morderán sus
lenguas de dolor (Apocalipsis 16: 8-11). Un gran terremoto sacudirá el mundo
tan terriblemente que las montañas caerán y las islas huirán (Ap.16: 18-20).
Piedras de granizo que pesan 100 libras caerán sobre la tierra (Apocalipsis
16:21).
"Porque
cuando digan: Paz y seguridad; entonces la destrucción repentina viene sobre
ellos, como el trabajo de una mujer encinta. Y ellos no escaparán. Pero
vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que ese día os sorprenda como
a un ladrón... Porque Dios no nos ha preparado para ira, sino para alcanzar la
salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo"(1 Tesalonicenses 5:3, 4,
9).
En
este sentido deseándote una feliz Navidad y Bendiciones para el nuevo año.
Alberto
P.S.:
¡No te olvides de orar por los cristianos que hoy son perseguidos, atacados y
maltratados!
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