La Lepra era en la
antigüedad una de las enfermedades que más temor causaba a las personas, era
una enfermedad muy dolorosa y muy difícil de tratar. Es también sabido que la
Lepra es por decirlo de alguna forma, una enfermedad marginal.
En la Biblia se dan
regulaciones bastante drásticas en cuanto a la Lepra (Levítico 13 y 14).
Un leproso se convertía automáticamente en un segregado,
en un rechazado social, era echado de la comunidad y separado de su familia,
sin lugar a reclamar.
Imaginen como habrá sido para una
persona esperar el diagnóstico para saber si era leproso o no, generalmente la
lepra empezaba con una pequeña mancha en el cuerpo que luego se diseminaba por
todo el cuerpo.
Mateo relata la historia
de un leproso que se arriesgó cuando escucho de alguna forma que Jesús estaba
en el pueblo más cercano a donde él estaba, a riesgo de que lo apedreen si lo
descubrían, no le importo y fue a buscar a Jesús, fue a buscar un milagro para
su vida.
El leproso reconoció a
Jesús como Señor y también su poder, cuando por fin pudo dirigirse a Él, no le
dijo sáname, le dijo: “Si quieres límpiame”. Jesús movido a compasión, se
acercó hacia él y hizo lo impensado, lo toco diciendo: “Quiero, se limpió” y el
leproso fue sanado y su piel mudo como la piel de un bebe.
Ahora bien, la lepra es
como el pecado por las siguientes razones:
·
No se puede
esconder
·
Nos guía
hacia la muerte
·
Nos adormece
y no nos deja pensar con claridad
·
Nos hace
segregados sociales
Tal vez te aburra leer
esto, pero es la verdad, pecar es chévere, pero por un momento, luego vienen
las consecuencias que pueden ser muy dolorosas. Que los demás lo hagan no
significa que este bien. Solo te engañas a ti mismo, Jesús es quien puede
ayudarnos, pero debemos de dar el paso de fe y dejar esa vida de leproso a un
costado. Está en nosotros escoger
Pero, una cosa es verdad
y es que todo el que tiene un encuentro con Jesús es transformado. No esperes
demasiado y recuerda:
Somos
como leprosos
Sin el
amor de Cristo en nosotros
Déjalo
sanarte, déjalo
Déjalo
sanarte, déjalo
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