miércoles, 8 de marzo de 2017

El Rechazo al Mesías

Al principio del Evangelio de Lucas cuando Jesús iniciaba su ministerio se narra una curiosa historia que bien podría trascender a nuestros días, siendo que consiente o inconscientemente hacemos lo mismo muchas veces.
El escenario era una pequeña sinagoga en Nazaret, como era la costumbre todos estaban reunidos para leer la ley de Dios, había entre las personas un invitado que poco a poco se estaba dando a conocer, Jesús a quien le concedieron el privilegio de dar la lectura bíblica de ese día.
Leyó pues Isaías 61:1-2 que decía lo siguiente:

El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí,
   Por cuanto me ha ungido
    Para anunciar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a sanar los corazones heridos,
    A proclamar liberación a los cautivos
    y libertad a los prisioneros,
A pregonar el año del favor del Señor
    Y el día de la venganza de nuestro Dios,
A consolar a todos los que están de duelo,

Jesús empezó a hablar sobre este pasaje diciendo a los presentes que ese mismo día ante sus ojos se cumplía esa escritura, paso siguiente comenzó a hablar de la incredulidad de Israel a través de la historia y su rechazo a los profetas de Dios, de cómo en la historia de Israel Dios había enviado a sus profetas a personas gentiles como Naaman o la viuda de Sarepta pues así le agrado, prefigurando que los gentiles en su mayoría aceptarían el mensaje con reciprocidad, lo contrario a los Judíos, en ese contexto profetizo de igual manera su propio rechazo por parte de sus compatriotas.

La gente quería una prueba de que él era el Mesías, ellos no concebían la idea de que un conciudadano suyo pudiera ser el Mesías, esperaban un Líder político que los libere de la opresión de Roma. Tristemente el gran día para Nazaret había llegado y ellos le dejaron pasar e inclusive se ofendieron por las Palabras de Jesús al punto de querer matarlo. Dejaron pasar su gran oportunidad ante sus narices, según cuenta la historia Jesús no regresaría a Nazaret.

Jesús por el contrario no dejo que esto le afectara continuo con su ministerio y cumplió con la voluntad de su Padre. Ese rechazo en Nazaret puede resumir el ministerio de Jesús y como luego el evangelio tras el rechazo de los judíos pasa a los gentiles.

Nosotros no debemos de rechazar a Jesús por incredulidad o por miedo a lo que las personas puedan decir. De igual forma no tenemos que tener temor cuando por la causa de Jesús suframos persecución, nuestras convicciones no se deben de mover por ninguna circunstancia.

FIRMES Y ADELANTE


No hay comentarios: