Gracias señor Castañeda por
fregarnos la vida diariamente con su terca manera de ver las cosas y por
estancar la reforma del transporte y “ayudarnos” a los peruanos a lo siguiente:
A ser creativos buscando rutas alternativas
todos los días a la hora de ir o regresar de nuestro trabajo, casi todos los días
hacemos una ruta diferente, de paso que paseamos, conocemos mas Lima gracias a Usted.
A estar mas “unidos” como
peruanos pues con lo atestados que vienen los buses a diario uno se siente mas
cerca del pueblo pues al ir tan apretados estrechamos los vínculos que nos unen
(y sobre todo los olores)
A estirar las piernas y
hacer un poco de ejercicio pues muchas veces tomamos algún bus que nos deja a
unas cuadras de nuestro destino pues no tenemos de otra y eso nos ayuda a poder
estar en forma, todo eso gracias
nuevamente a usted.
A ejercer la santa paciencia
esperando a que el bendito bus pueda aparecer al menos con algún hueco para
poder y de paso una vez arriba recibir todo tipo de empujones y soportar todo
tipo de olores.
Una vez gracias Señor
Castañeda todo esto no sería posible s no fuera por usted.