Mi primera aventura como traductor salió mejor de lo que esperaba, si bien es cierto que este viaje tuvo sus altas y bajas como en todo viaje, pero en resumen fue una real bendición.
Para mí fue una experiencia totalmente novedosa pues si bien es cierto ya había ido a viajes misioneros anteriormente, nunca lo había hecho como traductor y además habían otras personas que tenían más experiencia que yo pues ya tenían varios viajes en su haber, pero al final estas personas resultaron una bendición pues compartieron su experiencia conmigo y además nos divertimos mucho en el proceso.
Y que puedo decir sobre las personas a quienes nos toco traducir, bueno eran en su mayoría adolecentes con un corazón de servicio para Dios pues dejar su país y venir a un país que la mayoría de ellos no conocía, eso sí que es un reto, se quedaron en mi corazón dos personas en especial que se les notaba un gran corazón de servicio por la causa de Dios y que por fe harán grandes cosas para él en el futuro. Que bendición fue conocer a estos chicos locos y apasionados por la causa del Maestro.
Los líderes del grupo lo manejaban muy bien, pero también tenían un corazón juvenil que realmente contagiaba.
¿Y el lugar adonde fuimos? Bueno el pueblo es idolatra y en su mayoría llegamos a los niños que son el futuro, ellos nos recibieron con los brazos abiertos y nos escucharon y además nos demostraron mucho cariño. El Pastor David quien está a cargo de la iglesia del pueblo es un gran hombre de Dios que lucha por la causa en medio de la idolatría y Dios lo ayuda y fortalece cada día.
En general fue un excelente viaje en donde aprendí muchas cosas nuevas, conocí maravillosas personas y lo mejor de todo pude tener el gran privilegio de compartir la poderosa Palabra de Dios que nunca regresa vacía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario