domingo, 1 de febrero de 2009

La Fe (Parte 2)

Estuve pensando en estos días acerca de Hebreos 11, el conocido Himno de la Fe. Pues bien, en este capítulo hay varios puntos que nos hacen pensar en aquellas personas que lo dieron todo por el Señor y Dios los honró con este Himno que de alguna u otra forma nos cuenta sus historias, victorias y la manera cómo lo dejaron todo en la cancha por Dios.Dos versículos en particular atravesaron mi cabeza...

Hebreos 11.16
"Por lo cual Dios no se averg:uenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad".

Hebreos 11.38
"De los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

Estos dos versos me hicieron preguntarme:
¿El mundo no es digno de nosotros?
¿Nos comportamos de tal forma que podemos decir que el mundo no merece gente como nosotros?
¿Dios está orgulloso de ser nuestro Dios?
¿Lo avergüenzas o lo pones feliz con tus acciones?
¡Píensalo!

A veces me gusta imaginarme algunas cosas lo mismo que a Zetta (supongo que fue él quien me enseñó a ejercitar mi imaginación). Estoy convencido que esta lista de Hebreos 11 se sigue escribiendo, pues a lo largo de la historia a cuántas personas más podríamos incluir. Los discípulos, los mártires de la reforma, los mártires del tiempo del comunismo, los misioneros caletas de quienes desconocemos su trabajo y todas aquellas personas que a lo largo de la historia, derramaron su sangre por la causa de Jesús.

Hebresos 11.32
"¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas".

Quizá cuando lleguemos al cielo en uno de esos días Dios nos reúna y empiece a leer la lista completa de Hebreos 11, sería alucinante, ¿no lo crees? Y mucho más si tú y yo estamos en ella. Me encantaría leer mi nombre allí, pero sé que para eso tenemos que poner nuestra vida totalmente comprometida a la obra del Señor.¿Y a ti, te gustaría estar en esta lista? Entonces no pierdas más el tiempo. Y empieza a trabajar en la misión de nuestra Iglesia. Recuerda que Dios viene pronto.

2 Timoteo 4.1-4 NVI
"En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo:2 Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar.3 Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír.4 Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos.5 Tú, por el contrario, sé prudente en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedícate a la evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio".

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