Mi vida no es original ni mucho menos ejemplar y no pasa de ser una de las tantas vidas de un escritor de clase media nacido en un país latinoamericano en el siglo XX”.
Me encontré con Ribeyro
casi de casualidad, mi primo me presto el libro de entrevistas con Jorge
Coaguila y lo devore por completo, si lo recuerdan en ese libro se encontraban
algunos cuentos inéditos del escritor, en su mayoría de corte fantasioso. Ese fue
mi inicio con el mundo de Ribeyro, y desde ese momento quería encontrar más
obras del autor.
Luego me sumergí en sus
cuentos, que deleite encontré allí, Ribeyro les daba voz a los marginados, pero
no solo se centraba en las clases sociales más bajas, algunos de sus relatos se
pasean por la alta sociedad limeña y otros están ambientados en Europa. Muchos
de ellos tienen entre líneas una acida crítica hacia la sociedad.
Ribeyro les daba voz a
quienes no la tenían.
Sus últimos cuentos son
diferentes, en ellos el mudo que había en el empezó a hablar y a contar su
historia, a relatar memorias de su niñez, evocando recuerdos a veces graciosos
y otras veces tristes como es el caso de “Los Otros”, uno de sus mejores
trabajos.
Si bien es cierto que sus personajes se encuentran en
escenas de fracaso y que sus escenarios son muy grises e inhóspitos, él suele
tratar el tema con ironía; con situaciones mayormente absurdas. Por esta razón,
sus cuentos son entretenidos y precisos: relatan una realidad de la forma más
justa posible, pero denuncian los males de la sociedad moderna de forma
irónica. Lo que es seguro es que el lector está impactado con cada texto que
lee – por más corto que sea – porque Julio Ramón Ribeyro domina el género del
cuento a la perfección.
Pero Ribeyro a pesar de
ser el maestro del relato corto también incursiono en otros géneros, uno de
ellos fue la novela, escribió tres: Crónicas de San Gabriel, Los Geniecillos
Dominicales y Cambio de Guardia, si bien a gusto personal, sus novelas no son
malas, no llegan a ser tan geniales como sus cuentos.
Sobre este género en
particular él pensaba:
Se requiere dedicación y hasta devoción, hay reglas
escritas que los grandes escritores siempre han seguido. Flaubert tenía una
dedicación tal que programaba como escribiría sus novelas, hacia sus esquemas y
hasta llego a viajar para poder comprobar y conocer más sobre lo que
escribiría.
Prosas Apátridas entra
en un terreno indefinido, son frases que no entrarían en género literario
alguno:
Se trata de textos que no se ajustan cabalmente a
ningún género, carecen de un territorio literario propio. Al ponerlos en este
volumen he querido salvarlos del aislamiento, dotarlos de un espacio común y
permitirles existir gracias a la contigüidad del texto.
En cuanto a Luder es un
alter ego de Ribeyro, el autor lo usa para poder expresar con libertad sus
ideas, cometiendo a veces algunas exageraciones, sin que se asegure que las
dijo él.
Su Diario Personal, La
Tentación del Fracaso es donde vemos a un escritor al desnudo, hablando sobre
temas triviales y otros más serios, incluso a veces dando pequeñas críticas
literarias. Aquí nos encontramos con un escritor que plasma en su diario muchas
de sus frustraciones y es por ello la razón del título, Ribeyro al parecer
siempre estuvo tentado por el fracaso, por tal vez no creer en sí mismo, aunque
cabe resaltar que su popularidad nunca llego al nivel de otros grandes
escritores. Y vaya que la merecía.
Se nos abre la puerta a
su vida bohemia y a las dificultades que tuvo que pasar para sobrevivir, todo
ello escrito en un lenguaje precioso.
También incursiono en
el Teatro con obras tales como Santiago el Pajarero, Atusparia, entre otros:
Estos temas del "combate perdido", de la
decepción, de la decadencia, son temas que aparecen tanto en mis cuentos como
en mis novelas y en mis piezas de teatro. En realidad, le dan un poco de unidad
a todos mis cuentos y a géneros tan dispersos en los cuales me he expresado.
La Caza Sutil que es un
libro que habla sobre crítica literaria, pero que en su última edición ha
ampliado el espectro y habla de casi todo, hasta de las cosas que parecen más
inverosímiles. (como el artículo sobre El elogio al Adobe).
De especial interés es
la sección Proverbiales (breves
relatos históricos que JRR escribió en los años ochenta pero que nunca llegó a
publicar). Son episodios sobre personajes históricos, como un esbozo o una
semblanza sobre la muerte de Valdelomar; sobre el naufragio que sufrió Ricardo
Palma, en el cual no murió, pero la serie no se limita a escritores peruanos,
pues abarca también a Ovidio, Atahualpa, Caravaggio, entre otros. Es una de
esas obras inconclusas que uno hubiera querido ver completada.
Ribeyro se ha paseado
por casi todos los géneros literarios y lo ha hecho con gran maestría, si bien
destaco con sus cuentos, todo lo que escribía era de gran factura. En una época
en donde cada vez menos gente lee y en la que cualquiera cree que puede
escribir, muchos se harían un favor en revisar la obra de Ribeyro y aprender de
este genio en el proceso.
Cabe mencionar que hace
algunos años la editorial Revuelta Editores lanzo varias obras del autor,
haciéndolas accesibles para el público, de especial interés es la Re Edición de
La Palabra Inmortal de Jorge Coaguila, en donde se incluye una breve revisión a
toda la obra conocida a la fecha del autor.
* Por cierto, hay una
serie de cartas escritas a su hermano, también se espera que se publiquen los
tomos inéditos de la Tentación del Fracaso y se dice que estaba escribiendo una
biografía de la cual quedo un capítulo titulado Ancestros publicado en su Antología
Personal
Estos son mis cuentos preferidos de JRR
1. Los gallinazos sin plumas
2. Tristes Querellas en la Vieja Quinta
3. Solo para Fumadores
4. Alineación
5. Atiguibas
6. Los Otros
7. La Insignia
8. Por las Azoteas
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