Recuerdo hasta hace algunos atrás ser un adicto casi
crónico a todo lo referente a los mundiales, coleccionaba los álbumes (Descubrir
el de Panini fue fenomenal), también juntaba mis Don Balón Extra Mundial (Antes
y después) y sin ser pedante era casi una enciclopedia en lo que a mundiales se
refiere (aunque en los tres últimos se
me perdió un poco la brújula).
Tengo 36 años y soy Peruano, y he seguido con avidez
todos los mundiales desde 1990, así que como comprenderán a esta pasión
mundialista le faltaba algo que solo un Peruano amante de “la gordita” lo puede
comprender a cabalidad, claro ver a la Blanquiroja en un Mundial.
Años de frustración acumulados, 90, 94 ni para recordar
(salvo que dejamos fuera del Mundial a Paraguay en el 94), en el 98 un casi,
casi (mas allá de la goleada de Chile, cedimos demasiados puntos de local), 2002
muy lejos, 2006, 2010, 2014, la misma melodía de siempre, siempre lejos, ni
siquiera cerca…. Que dolor.
Empezaban las eliminatorias para Rusia, empezamos con
expectativa luego de una gran Copa América, pero en las eliminatorias la cosa
parecía no avanzar, todo se veía oscuro, pero Gareca tenía un plan. No le
tembló la mano y empezó a borrar a las “Vacas sagradas”, a los “faltosos” y
empezó a poner a chibolos que tal vez de alguna manera no daban la talla para
algunos, pero tenían hambre de gloria, no tenían poses de divos y mantenían su
perfil bajo sin indisciplinas fuera de las canchas, tal vez de alguna forma los
resultados no acompañaban, nadie pensaba que iríamos a Rusia, pero al menos
ahora si peleábamos, nunca bajábamos los brazos, había futuro.
Hasta que llego el punto de quiebre, ese partido en
Bolivia que perdimos, pero que gracias a nuestros queridos hermanos Chilenos
pudimos recuperar los puntos, eso levanto a la selección que empezó a pensar
que aun había una luz al final del túnel y empezó a luchar pues aun no se había
quemado el último cartucho. Era difícil, pero no imposible.
Empatamos con Venezuela y luego nos fuimos de avanzada ganando
tres partidos seguidos, empatamos mas con lo que ponen las gallinas que con
ideas con Argentina y Colombia se nos paro bien y casi nos gana, pero un tiro
libre súper raro, la mano de Brasil y
los Venecos (prometo agarrarle el gusto a las arepas) nos dieron lo impensado,
un boleto hacia el repechaje que se veía como boleto y medio al mundial, pero
había que jugar los partidos.
Dos últimos partidos trascendentales, la hinchada lo
sabía muy bien:
Dejad la vida
O salimos clasificados del estadio
O salimos en cajón
(Si es para tanto)
Antes del partido situaciones complicadas se bajaron a
nuestro capitán y su falta se hizo notar en ambos partidos que siendo sinceros
no los jugamos bien, pero lo pudimos sacar adelante y todo lo que teníamos contenido por 36 años, finalmente pudo salir.
Y si pues el buen Argentino saco el potencial que había
escondido en el jugador peruano, las circunstancias se dieron y ahora
empezaremos buscar alguna academia para poder aprender ruso y voltear los
bolsillos a ver si podemos hacer el viajecito (aunque yo lo veré tranquilo por
TV).
Creo que muchos no entienden por qué tanta celebración,
porque ese salir en mancha a las calles, el abrazar a un desconocido como si fuera tu
hermano, sonar la bocina, gritar desaforado, chupar como vikingos (no todos),
es que simplemente no se puede explicar, las palabras no pueden expresarlo, es
como una catarsis, olvidar todo y vivir la euforia, vivir este momento de
nuestra vida…. Felicidad colectiva.
Las cosas no cambiaran mañana, seguiremos chambeando,
Lima la gris seguirá igual, caótica y estresante como siempre, volveremos a
nuestra cotidiana realidad… Pero saben algo en medio de tantas cosas podemos
decir que un deporte que vuelve loco a millones de personas alrededor del mundo
nos hizo sentir especiales y de alguna forma nos unió como un solo puño y ahora
somos parte de esa élite de países que correrá tras un balón el año que viene
en la tierra del buen Putin…. Felicidad, Gracias muchachos.
Ahora si con su permiso, voy a buscar mi álbum Panini,
que esta vez si vale la pena llenarlo. ARRIBA PERU