Dios es muy bueno, justo después de terminar mi primera aventura como traductor en Matucana recibí una llamada para un segundo viaje esta vez de solo dos personas a un pueblo llamado Lahuaytambo a cuatro horas de Lima.
El pueblo de Lahuaytambo justo celebraba por esos días su clásico festival en honor a San Juan Bautista, así que se puede decir que llegamos en una mala época, pero aun así aprovechamos al máximo la oportunidad que se nos presentaba.
Las personas aquí son fervientemente católicas, son gente de negocios, además de que no hay ninguna Iglesia aquí y además casi no hay creyentes en Cristo, pero nuestra misión fe alentar a los pocos creyentes que habían a poder empezar un estudio Bíblico semanal ,cosa que esperamos se pueda dar en un futuro no muy lejano.
También tuvimos la oportunidad de visitar la escuela y hacer algunas otras cosas, entre las que destaco la visita la pueblo de Canlle en donde solo viven veinticinco personas y que esta prácticamente abandonado y las personas allí cuando los visitas desean que les lleves alguna ayuda material, el gobierno tiene a este pueblo abandonado y parece que desea que desaparezca, triste.
Esta experiencia fue de mucha bendición para mi vida y me ayudo a entender algunas cosas, Dios quiera que en este pueblo y en otros en donde aun no hay Iglesias establecidas, se puedan levantar personas con corazón para iniciar la obra y gracias a Dios por esas personas que vienen desde afuera para hacer la obra que nosotros deberíamos de hacer. Que Dios levante más personas peruanas con el corazón y la visión de alcanzar a estos pueblos muchas veces olvidados.
Gracias Dios por esta nueva y magnífica oportunidad, oremos por Lahuaytambo y por Canlle.