Y un día deje de creer
Hace un tiempo era un joven idealista, un consumado
muchacho que levantaba su bandera, gastando verborrea en contra de todo lo
impuesto por la pseudo iglesia evangélica, me gustaba ser contestatario, ir
contra la corriente, ser diferente, incluso hubo ocasiones en donde de manera
provocadora, iba a la iglesia vestido de cierta manera, solo para llamar la
atención
Salí de la iglesia convencional pues no me daba nada y
aterrice en un movimiento de jóvenes raros e idealistas como yo, solo éramos
jóvenes, nada de adultos, no se les permitía la entrada. Hicimos mil locuras,
exposiciones, conciertos, fanzines, nos infiltramos por todos lados, hicimos lo
que pudimos hacer… Pero había que crecer e ir al siguiente paso.
Crecimos, maduramos, nos estancamos, nos equivocamos,
nuestro ciclo término, abrimos los ojos, nos chocamos con la realidad, en la
calle sin dónde ir, la idea de una iglesia de tribus urbanas ya no resultaba
tan atractiva.
Una iglesia de tribus urbanas es algo idílico, porque
finalmente, uno debe de crecer, de madurar y quieran aceptarlo o no, los
adultos son de alguna forma quienes le dan equilibrio a la iglesia, los jóvenes
son la fuerza, pero de fuerza no se vive, la experiencia de los mayores es
elemental.
Deje de creer en una iglesia de tribus urbanas, porque no
se puede segmentar el evangelio, no se puede solo predicar a un grupo de
personas y dejar a las otras de lado.
Deje de creer porque entendí que no solo es darles a las
personas lo que les gusta sino lo que necesitan, no solo música, sino palabra
de Dios que llene sus vidas, palabra viva que va más allá de lo que les guste,
sino lo que necesitan escuchar.
Deje de creer porque he ido a innumerables conciertos y
desgraciadamente los veo cada vez más y más vacíos y muchas veces aquellos que
van a dichos eventos son cuasi desconocidos en sus iglesias, o simplemente no
van o no sirven.
Deje de creer por la individualidad de algunos y la falta
de sometimiento de otros, no pueden ponerse a sujeción y deciden hacer su
propio ministerio en donde ellos sean los líderes y nadie les pueda decir nada.
Deje de creer por las niñerías e inmadurez que he visto a
lo largo de los años por parte de miembros de tribus urbanas.
Ahora creo, creo que si se puede alcanzar a las tribus
urbanas, pero no solo a ellos sino a cualquiera que se te cruce en tu camino,
no porque es punk, metal o normal no le vas a hablar.
Creo en el trabajar desde tu iglesia “normal” y con
conocimiento de tu Pastor y su ayuda el poder seguir desarrollando tu labor
underground, con todo tu arsenal, pero poniendo siempre a tu iglesia como
prioridad.
No solo tratando de llevar a las personas a un lugar
donde todos sean como tú, sino más bien, donde las personas sean diferentes,
para que se pueda crecer, no creo en el legalismo underground, si se quiere
decir así.
Tengo dos amigos a los que quiero y respeto bastante,
ellos son tipos raros, les encantan la música extrema, las imágenes oscuras, si
los vez quizás te asustes…. Pero ambos siguen su labor underground, pero a la
par son líderes en sus iglesias, uno si la memoria no me falla creo dirige la
alabanza y el otro predica la Palabra, en iglesias normales, como la de la
esquina de mi casa.
CREO,
que hay esperanza, pero solo si nos unimos como la familia de Cristo, un solo
cuerpo, una sola doctrina, sin denominaciones, simplemente llevando el mensaje
claro y simple de la Palabra de Dios que es más eficaz que cualquier espada de
dos filos.
YO: ¿Seguiré
haciendo zines?, ¿Seguiré escribiendo?.....
BAH… SI,
no creo que la creatividad que Dios da a través de su Espíritu Santo se vaya
simplemente por volverse “normal”, más bien creo que eso fortificara los dones
y talentos… Todo a su tiempo, primero echar raíces.