Andaray es un pequeño pueblo ubicado en el departamento
de Arequipa, específicamente en la provincia de Condesuyos a más o menos unas
ocho horas de Arequipa la ciudad.
A este pequeño pueblo tuve la oportunidad de visitar la
semana que paso y realmente fue una semana de extrema bendición para mi vida
por el hecho de poder nuevamente tener la oportunidad de servir al Señor y además
tener la oportunidad de viajar con verdaderos siervos dedicados al Señor y su
obra de todo corazón.
Cuando me escribieron para poder viajar para interpretar,
me dijeron en primera instancia que iba a ir yo con tres misioneros de Estados
Unidos, eso era lo que pensaba, pero en el transcurso de la semana previa la
viaje una amiga a la que quiero un montón, me escribió emocionada diciéndome que
sería parte del equipo junto con otra amiga más que sería interprete y que yo
aun no conocía y la verdad que el viaje no hubiera sido lo mismo sin ellas.
Mis amigas habían estado en Andaray anteriormente por
bastante tiempo y sirvieron de guía a algunos de nosotros que íbamos por
primera vez, pero más allá de ello, se veía en su rostro el amor que sentían por
Andaray.
Nuestros días transcurrían tratando de dividirnos para
poder ayudar a las personas en sus quehaceres diarios y buscar allí una
oportunidad para hablarles , íbamos mayormente a buscar a las personas con las
que se había tenido contacto en viajes anteriores y con cada visita nos dábamos
cuenta de que Dios estaba trabajando arduamente en el pueblo y que la semana no
sería una semana más ,sino seria una semana especial pues Dios nos estaba dando
el privilegio no solo de segar, sino de ver los resultados de la siega.
Los estudios bíblicos en el pueblo fueron intensos, sobretodo el segundo que tuvimos en donde las personas empezaron a lanzar preguntas acerca del bautismo y estuvimos respondiendo por largo rato aprovechando también la oportunidad para poder decirles a las personas que se bauticen.
Los niños también fueron maravillosos como siempre,
jugamos con ellos, les contamos historias y como siempre nos robaron el corazón,
personalmente sobre todo los nietos de la hermana Juana que me tocaron con su
inocencia y sus juegos.
El último día fue maravilloso pues hicimos una fiesta
para el pueblo y muchos vinieron , los niños por un lado escucharon la Palabra
de Dios y los adultos por otro lado también escucharon la Palabra, mientras
otra vez les animábamos para que se puedan bautizar y tomar este paso de obediencia
ante nuestro Padre. Al final de la reunión les pedimos a Dios que levante lideres
para que puedan continuar el trabajo en el pueblo y Dios respondió la oración y
dos personas específicamente se levantaron y decidieron tomar al toro por las
astas y hacerse cargo del trabajo en Andaray el hermano Guillermo (a quien le
tome un cariño especial) y la hermana Naty.
Fue ver que al final de la última reunión muchas personas se acercaron para
recibir Biblias y lagunas lecciones de cómo empezar en la vida cristiana.
Y bueno fue una semana de una bendición, un pueblo que se
robo nuestros corazones, lideres que se levantaron y decidieron avanzar, Dios está
trabajando en Andaray, eso es evidente se ve por todos lados y el está haciendo
cosas grandes en ese lugar. Espero de manera personal poder regresar a Andaray
la próxima oportunidad que se presente y que Dios abra puertas para ello.
Por último solo me queda pedirles sus oraciones por
nuestros hermanos Guillermo y Naty, Fanny, el Señor Galo, Juana, su esposo Simón,
Rosa, Cenaida, Doris, Luis, Jean Carlos, Sebastián, Crisóstomo, Hilda, María, Máximo,
oremos para que los creyentes se puedan seguir reuniendo y para que Dios les de
de su fuerza que sobrepasa todo entendimiento y oremos también por el alcoholismo
que es un mal que aqueja al pueblo ,para que Dios pueda liberar a la gente que
a caído en las garras de este vicio.
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