“Ninguna obra de arte es tan importante como la propia vida de un creyente. En este sentido, cada cristiano está llamado a ser un artista. Acaso no tenga el don de escribir, ni el de pintar, ni el de componer música, pero cada hombre nacido en este mundo trae consigo el don de la creatividad en términos existenciales y lo aplica a la manera como vive su vida. En este sentido, la existencia cristiana tiene que ser una obra de arte. La vida cristiana tiene que ser algo verdadero, debe haber verdad en ella y algo hermoso; además debe de encontrarse belleza en la misma en medio de un mundo perdido sumido en la desesperación. “
Francis
A. Schaeffer
Es triste que muchos cristianos
no vean el verdadero poder del arte y lo releguen dentro de sus iglesias a su
mínima expresión y no lo utilicen como deberían; al parecer no se dan cuenta de
que la Biblia está llena de expresiones artísticas:
El arte se ve en pasajes tales
como cuando Dios escogió a Bezalel y a Ajisamac con “espíritu de arte” para
trabajar en el tabernáculo, como vemos en Éxodo 35:30-35; los Salmos son cantos
escritos en forma poética, el libro de Job es poesía; muchos de los profetas
realizaron diferentes “performances”. “artísticas” y así hay muchos otros
ejemplos a lo largo de las Escrituras.
Fue Francis A. Schaeffer con su
libro “Arte y Biblia” hace muchos años quien reivindicó el arte y mostró cómo
la Biblia lo utiliza y cómo Dios nos la ha dado para usarla para su obra.
“Las artes y las ciencias
tienen un lugar en la vida cristiana: no son periféricas. Para un cristiano,
redimido por la obra de Cristo y viviendo de acuerdo con las normas de la
Escritura, bajo la dirección del Espíritu Santo, y el señorío de Cristo, para
un cristiano esta soberanía del Señor debería incluir un cierto interés en las
artes. El cristiano debiera usar estas artes para la gloria de Dios, no
simplemente como folletos o como algo práctico y utilitario en un momento dado,
sino como cosas bellas que por su misma belleza glorifican a Dios.”
Lucas Magnin toma de alguna
forma el legado dejado por Francis y en su libro “Arte y Fe” vuelve a
reivindicar el arte como medio usado por Dios para su obra:
“Cuando la unión entre la fe y
el arte es genuina, ambos principios se potencian. La fe puede manifestarse en
toda su gloria y mostrar la belleza que le ha sido regalada. El arte puede
exponer su versatilidad y profundidad al enfocarse en las preguntas más
trascendentales. Una obra de arte genuina puede ser incómoda o incomprendida,
pero nunca será irrelevante. Sin embargo, cuando la unión entre la fe y el arte
es forzada, ambos elementos se ponen en ridículo”.
“Si queremos hablar al mundo al
que fuimos enviados, debemos encontrar los puentes para religar la fe y la
cultura”.
Adicionalmente, creo (y lo he vivido)
que la iglesia debería de abrirse a ciertos tipos de artes que tal vez sean
tabúes para ellos, pero que pueden llegar a muchas personas y que muchos
también pueden expresar su fe a través de ellas (grafitis, animes, tatuajes,
música en todos sus estilos, fanzines, artes plásticas y otros).
El arte es un medio que Dios
puede usar y si lo usamos sabiamente como un medio y no un fin y predicamos la
doctrina correcta, entonces con ayuda de Dios podremos tener grandes resultados
y quién sabe si la juventud que se ha extraviado de las iglesias regrese a
ellas y tengamos una iglesia llena de colores y diversidad, pero con una
doctrina saludable.
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