Las personas se rajaron las vestiduras luego de que un pastor diera un mensaje cristiano en la inauguración de la Copa América de este año porque al parecer la FIFA está coludida con la ideología de género y busca tapar el mensaje de Jesús a toda costa.
De otro lado lo que se vio hoy en los Juegos Olímpicos ha
sido una total afrenta a quienes creemos en Jesucristo Nuestro Señor y
Salvador, pues es inconcebible que estos progres pidan a gritos e indignados
que se respeten sus derechos cuando ellos al parecer tienen toda la autoridad
de pisotear los nuestros y nuestras creencias, y eso es algo que no vamos a
permitir pues mientras tengamos voz la alzaremos en protesta en contra de sus
burlas.
Si nos quieren silenciar no nos hacemos problemas pues no
lo van a lograr y tendrán que tomar medidas más drásticas para hacerlo.
La Biblia dice que lo que tiene que suceder sucederá, pero
es penoso el tener que vivirlo en carne propia. Esto es solo el principio pues
las cosas se pondrán peor con el tiempo. Finalmente ellos pueden hacer lo que
les dé la gana y seguir imponiendo sus creencias diabólicas, pero nosotros
quienes creemos en Jesús no nos debemos de quedar callados escondidos en un rincón
viendo como el nombre de Dios es burlado.
Estoy convencido de que sí como cristianos no alzamos la
voz juntos como un solo cuerpo sobre este hecho, será mejor que nos amoldemos al
mundo. Debemos de defender lo que creemos y sentar un precedente que diga que
nos merecemos respeto.
Estos no son tontos pues saben que nosotros somos pacíficos
y no tómanos represarías violentas, imagínense que se hubiesen burlado de los
musulmanes, le volaban el estadio al instante. Sino pregúntenle a Charlie Hebdo.
La Iglesia está muy cómoda por un lado en su teología de la
prosperidad y por otros tratando de ponerle una alfombra roja al mundo y
amoldarse a lo que ellos creen para que de esa manera puedan atraerlos a la
iglesia haciendo un evangelio diluido y no confrontacional como el que predicó
Jesús mientras estaba en esta tierra y así mismo hicieron los profetas en el
Antiguo Testamento.
Debemos de ser la resistencia en medio de un mundo que hace
rato se ha ido por el garete y debemos de ser esa voz que clama en el desierto
a grito pelado, denunciar lo que tiene que ser denunciado y no diluir el
evangelio ni aceptar este tipo de acciones.
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